Celebración postergada

Celebración postergada

Por la lluvia, la fiesta patria pasó al 26.

25 DE MAYO DE 1810. En su sexto aniversario, el mal tiempo obligó al Congreso de Tucumán a posponer la celebración para el día siguiente. 25 DE MAYO DE 1810. En su sexto aniversario, el mal tiempo obligó al Congreso de Tucumán a posponer la celebración para el día siguiente.
El 25 de mayo de 1816, todo estaba listo para que el Congreso celebrara dignamente el sexto aniversario de la fecha patria. El protocolo de la época conservaba muchas de las solemnidades de tiempos de la monarquía, adaptadas por cierto a la nueva época.

Días atrás, en la sesión del 18 de mayo, el Congreso había tratado detenidamente el punto. Según la crónica que publicó “El Redactor”, el presidente entonces hizo moción “para que el Congreso determinase si había de asistir a la solemnidad de la Iglesia, en el aniversario del 25 que se acercaba, en corporación plena o por una diputación en que se fijasen el número y personas que la compusiesen, reglando el ceremonial y honores que deberán hacerse”.

Testimonia la crónica que, “pensada detenidamente la materia, se acordó al fin que la corporación plena estuviera en la sala, donde se aguardase al Ayuntamiento y demás corporaciones”. Asimismo, decidió “que se nombrasen tres señores diputados”, y “que de allí se dirigiesen al templo, acompañados del gobernador y corporaciones de la ciudad; y que se le hiciesen a la diputación los honores que al Excelentísimo Director Supremo del Estado en iguales circunstancias”.

Pero sucedió que el miércoles 25 amaneció lluvioso. En la San Miguel de Tucumán de entonces, con calles de tierra, un día de lluvia creaba el problema de circular por superficies embarradas, con el riesgo de enfermarse por la mojadura y por el frío que, además, restaban concurrencia al acto que se quería solemnizar. Es conjeturable que, por eso, acordaron postergar la celebración para el siguiente.

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