Un nómade, observador de la ciudad

Un nómade, observador de la ciudad

Bodegas Chandon le adquirió una obra al joven artista tucumano en el marco de arteBA 2016

“BATALLA”. La obra de González Goytía se exhibió en el espacio Barrio Joven, auspiciado por Chandon. PRENSA BODEGAS CHANDON. “BATALLA”. La obra de González Goytía se exhibió en el espacio Barrio Joven, auspiciado por Chandon. PRENSA BODEGAS CHANDON.

Aunque los sones de la guitarra despiertan su sensibilidad, al igual que a sus hermanos, las artes plásticas ganaron la pulseada; lo envolvieron tempranamente con su hechizo. En poco tiempo, el horizonte ha comenzado a abrirle sus ventanas. “Estoy muy contento, creo es fruto del trabajo. Me tomó un poco de sorpresa, pero es el trabajo de uno, que intento hacerlo lo mejor posible. Está buenísimo”, dice con una sonrisa imborrable el tucumano Agustín González Goytía. Bodegas Chandon, auspiciante del sector Barrio Joven en la 25 edición de ArteBa, que acaba de concluir en la Rural de Buenos Aires, le adquirió “Batalla”, obra que integrará desde ahora la colección de la Maison Moët Hennessy Argentina. 


- ¿Cómo definirías tu propuesta?

- Me interesa apropiarme de la pintura, pero trabajarla de una manera muy personal, que los materiales se amolden a la forma en la que vivo. Desde hace dos años estoy viviendo como nómade, en muchas casas y trabajo con materiales muy dúctiles, con telas que las puedo doblar en una valija y llevarlas de lugar en lugar, que se puedan desplegar y replegar, haciendo cosas de gran formato pero trabajando en lugares más pequeños, una obra bastante móvil.

- ¿Cómo se construye tu universo pictórico propiamente dicho?

- Tiene un clima bastante nómade, la obra va apareciendo… muchas veces no tengo un plan establecido, sino que en el hacer van apareciendo cosas que tienen que ver con lo que veo en la calle. Camino mucho, soy un observador sobre todo de la ciudad, me interesa mucho la arquitectura de principios del siglo XX, cómo están mezclados esos tipos de arquitectura, que eran puras en Europa y acá se hicieron una mezcla: art nouveau, art decó, neoclasicismo… me llama mucho la atención eso en lo que uno está envuelto…

- ¿Cómo ves a la distancia lo que se produce en nuestra provincia?

- Veo una propuesta de gran nivel en el arte tucumano, me parece que está a la altura de cualquier propuesta que puedas ver en otros países o en Buenos Aires. Yo vengo de Berlín y he visto mucha obra contemporánea, salvo por la cuestión de la tecnología tal vez, pero me parece que es una obra muy visceral, la tucumana.

- ¿Se percibe alguna presencia de Tucumán en tus trabajos? 

- Hay un cierto clima que tiene que ver con Tucumán, que es bastante universal. Hay cosas muy frenéticas, de movimiento, como el de las ciudades o de las pequeñas ciudades. Tucumán tiene un ritmo agitado, apasionante, la gente es muy fervorosa, tiene que ver mucho con lo latino, que es muy diferente a las sociedades sajonas. Mi obra tiene que ver con eso, con el movimiento de la ciudad, de la gente, ese tipo de energía… me interesa trabajar con ese vitalismo.

- ¿En qué dirección va el arte actual? ¿Qué trascendencia en el tiempo puede tener, por ejemplo, una instalación, o una performance?

- El arte va muy hacia la mezcla, me parece buenísimo que los lenguajes sean más híbridos, después habrá una decantación… Va tener mucho que ver con quien quiera sostenerlo, y darle sentido, mientras haya alguien que diga que esto es valioso, que es arte, un objeto que transmita conocimiento, esos objetos creo que van a seguir existiendo.

- ¿Hacia dónde mira tu brújula de artista?

- Lo mejor sería que el espectador pueda entrar en la obra, en algún tipo de sintonía, que le despierte algo, algo que lo mueva, con eso ya está bien.

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