Obama y Macri intercambiaron votos de amistad y relanzaron las relaciones bilaterales

Obama y Macri intercambiaron votos de amistad y relanzaron las relaciones bilaterales

El espacio enorme de cooperación argentinoestadounidense todavía carece de un temario concreto. Hubo gestos de confianza entre los presidentes y ambos coincidieron en que se inició una nueva fase en la comunicación entre ambas naciones. Elogios mutuos.

DE GALA. Los presidentes norteamericano y argentino, junto a sus respectivas esposas, compartieron por la noche una cena en el flamante Centro Cultural Kirchner; hubo más de 400 invitados, entre los que estuvo el gobernador Manzur. reuters DE GALA. Los presidentes norteamericano y argentino, junto a sus respectivas esposas, compartieron por la noche una cena en el flamante Centro Cultural Kirchner; hubo más de 400 invitados, entre los que estuvo el gobernador Manzur. reuters

Luego de dialogar a solas y en presencia de colaboradores durante casi dos horas, Mauricio Macri y Barack Obama intercambiaron votos de amistad y anunciaron el comienzo de una nueva etapa para la relación argentinoestadounidense. El Salón Blanco de la Casa Rosada fue el escenario elegido para la verbalización de las manifestaciones recíprocas de respeto y admiración. Cientos de periodistas, representantes de la delegación de Estados Unidos y el gabinete de Macri en pleno -todos con corbata para esta ocasión- fueron testigos del surgimiento de una unión que derrocha buenas intenciones en un número de áreas clave, pero aún carece de un temario concreto.

“Esta visita tiene un significado especial. La interpretamos como un gesto de afecto y de amistad en un momento en el que Argentina busca un cambio y un nuevo horizonte”, dijo Macri, que abrió la ronda de declaraciones en la conferencia de prensa conjunta de ayer. Obama es el tercer jefe de Estado del hemisferio norte que visita al sucesor de Cristina Fernández de Kirchner: antes habían pasado a desear buenos deseos y a ofrecer ayuda el italiano Matteo Renzi y el francés François Hollande. “Estamos listos para empezar a trabajar juntos”, retribuyó el jefe de la Casa Blanca, quien en enero dejará -para siempre- la presidencia de Estados Unidos.

Por momentos pareció que ambos mandatarios competían por quién elogiaba más al otro. Risueños, distendidos y parados de espalda a una magnífica versión del escudo argentino, los presidentes se prodigaron toda clase de piropos. “Usted fue muy inspirador porque emergió proponiendo grandes cambios y demostró que eran posibles, que con audacia y con convicción se podía desafiar el statu quo, y lo logró en su país y en el mundo”, le dijo Macri, cuyo inglés es lo suficientemente bueno como para prescindir de la traducción en directo. Obama, que aterrizó en el país tras concretar una visita más que simbólica a Cuba, no se quedó atrás: “lo que Macri ha conseguido en tan poco tiempo habla de su energía formidable, pero también de su vocación por sumar al trabajo a dirigentes de la oposición. Eso es asombroso después de la historia de polarización política de Argentina… Y yo sé algo de polarización”.

Educación; ciencia y tecnología; comercio, y lucha contra el narcotráfico y el cambio climático son algunas de las materias que Argentina y Estados Unidos abordarán juntos hacia adelante. Macri mencionó la ampliación de becas de estudio, pero, fuera de ello, no hubo anuncios específicos. Por su parte, Obama se ofreció a colaborar para el esclarecimiento de los atentados terroristas contra la AMIA y la Embajada de Israel, y dijo que iba a instrumentar los medios para apoyar a Argentina en el desarrollo de energías renovables.

En “spanglish”

La posible firma de un tratado de libre comercio entre Washington y el Mercosur no fue soslayado en la conversación con la prensa (la organización sólo aceptó cuatro preguntas). Al respecto, los dos presidentes fueron cautos, pero dejaron una puerta abierta. “Hemos comenzado a plantear caminos de apertura entre ambas agendas. Hay un espacio enorme de crecimiento, pero primero tenemos que consolidar el Mercosur. Después de años de casi nulas relaciones, se abren muchas oportunidades”, meditó Macri. Obama añadió: “el presidente argentino está empezando su mandato y yo ya estoy yéndome. Por ahora podemos fijar una ruta que, luego de un proceso, termine en un tratado de libre comercio”.

Como era de esperarse, la prensa extranjera trasladó a Obama los cuestionamientos que este recibió por proseguir la gira pese al atentado terrorista de Bruselas. El jefe de Estado visitante insistió una y otra vez que la lucha contra Estado Islámico (ISIS en inglés, el grupo que se adjudicó la masacre) era su prioridad, y pidió que el mundo se una para vencer a quienes promueven el odio. Aunque lamentó y repudió los ataques perpetrados en Bélgica, Macri se abstuvo de profundizar en el tema. En cambio, ensalzó la misión de Obama en Cuba. “Fue un ‘great progress’ (gran progreso)”, evaluó en “spanglish”.

Los Obama paralizaron literalmente la Ciudad de Buenos Aires. Desde la madrugada de ayer, el tránsito porteño sufrió los altísimos estándares de seguridad de la familia presidencial estadounidense. Estos trastornos para el ciudadano común, en contraste, posibilitaron una agenda oficial febril. Mientras los jefes de Estado departían y se entendían en la Casa Rosada, las primeras damas Michelle Obama y Juliana Awada promovieron el liderazgo femenino en el Centro Metropolitano de Diseño. Más temprano, la canciller Susana Malcorra y Noah Mamet, embajador de Estados Unidos en Argentina, habían firmado una serie de acuerdos de colaboración. Luego del mediodía, el jefe de la Casa Blanca rindió honores a José de San Martín en la Catedral y dialogó con jóvenes en la Usina del Arte. En paralelo, la American Chamber calculó que sus compañías invertirán U$S 16.100 millones en Argentina durante los próximos meses.

Este rally político y diplomático concluyó en el Centro Cultural Kirchner, con la cena para 400 invitados -entre ellos, el gobernador Juan Manzur- con la que Macri agasajó a Obama, que hoy homenajeará a las víctimas de la Dictadura y partirá a Bariloche.

No sólo la caravana vistosa del presidente de Estados Unidos modificó el paisaje cinematográfico de Buenos Aires. También llamaron la atención las banderas del país de George Washington colocadas en la Plaza de Mayo y en la Casa Rosada -algunas de ellas fueron presas fáciles del vandalismo y del sentimiento antiestadounidense-: ¿cuándo fue la última vez que las barras y las estrellas ondearon en el firmamento porteño? Esta distancia debe terminar, según Obama, que ayer se presentó como un fanático de dos autores que pertenecen al Río de la Plata pero también son universales: Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. “Ellos hablaban del mate y yo me sentía intrigado. Estoy orgulloso de anunciar que probé mate por primera vez, que me gusta y que llevaré yerba a casa”, bromeó con tono convincente. Y en ese clima de intimidad y de cercanía, y tras reiterar que el país de Macri era un ejemplo para la región, convocó a reconstruir la confianza: “es el mensaje que vengo a dar no sólo a Argentina sino también a Cuba y a todas las naciones del hemisferio”.

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Presente norteño.- Entre los regalos de Juliana Awada se destacó una manta de vicuña artesanal confeccionada por la artesana catamarqueña Antonia Purificación Gutiérrez, integrante de la Asociación de Hilanderas y Tejedoras de la localidad de Belén.

Asadito porteño en San Telmo- Luego de brindar una charla en el Centro Metropolitano de Diseño de Barracas junto a Juliana Awada, Michelle Obama -la esposa del jefe de estado de Estados Unidos-, llevó a sus hijas Malia y Sasha a degustar un asado de carne argentina en una parrilla del barrio porteño de San Telmo. Unos 25 comensales acudieron a la Gran Parrilla del Plata, y acompañaron el almuerzo con vinos mendocinos.

¿Macri y Obama en Río?.- Además de los comentarios sobre la relación comercial entre Argentina y Estados Unidos, en la conferencia de prensa conjunta de Mauricio Macri y Barack Obama hubo un momento de humor. Ante una pregunta sobre los próximos Juegos Olímpicos (Río de Janeiro 2016), Obama lamentó no poder participar. “Yo sí voy a ir a Río. No voy a correr porque estoy fuera de formas, pero de todas maneras voy a ir”, respondió Macri, en inglés, al periodista de la comitiva estadounidense, arrebatándole una sonrisa a Obama y a parte del público.

Delicias a la cena.- Presidencia de la Nación buscó que la visita de Barack Obama y su familia fuera de lo más placentera. Por ello planificaron un delicioso menú para la cena de gala organizada en el Centro Cultural Néstor Kirchner, junto a 400 invitados. De entrada hubo burrata, tiradito de higo, verdes tiernos, focaccia de aceitunas y una torre de trucha ahumada. De plato principal sirvieron un jarrete de cordero acompañado por papas dominó, crema de berenjena ahumada y ensalada de tomates. El postre fue una pavlova de duraznos y ananá, con helado de mascarpone y vainilla.

Bariloche, última parada.- La última parada antes de finalizar la visita de Obama y su familia en territorio argentino fue Bariloche. La comitiva se alojó anoche en el hotel Llao Llao, que dispuso para Obama la habitación presidencial, donde ya durmieron los ex presidentes Dwight Eisenhower en 1960, Bill Clinton en 1997 y Jimmy Carter en 2015. Esta programado que Obama y su comitiva retorne a su país a las 11.30.

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