Tristeza por la muerte del director del coro de internos de Villa Urquiza

Tristeza por la muerte del director del coro de internos de Villa Urquiza

Gerardo Calderón, quien además de músico era bioquímico, falleció en un choque de autos en Buenos Aires. En el accidente, una colisión contra un camión, también fallecieron dos menores que viajaban en el mismo auto que Calderón.

FRENTE DESTROZADO. Tres dotaciones de bomberos trabajaron para sacar a los pasajeros de la Renault Sandero. INFOEME.COM FRENTE DESTROZADO. Tres dotaciones de bomberos trabajaron para sacar a los pasajeros de la Renault Sandero. INFOEME.COM
14 Febrero 2016
Una Renault Sandero viaja por la Ruta Nacional 226 a la altura de Pehuajó, Buenos Aires. Oscar Daniel Hierro maneja y a su lado viaja su amigo Gerardo Calderón. Atrás, los tres hijos de Hierro. Todos pasean, están de vacaciones. En un momento, el vehículo pisa la banquina. El conductor logra con una fuerte maniobra devolver el automóvil a la ruta, pero no puede evitar que se cruce de carril. En sentido contrario viene un camión con destino a Bolívar. El choque es inminente.

Colisionan con violencia. El acompañante se lleva la peor parte y pierde la vida en el instante. Se trata de un famoso bioquímico y músico de Tucumán. Dos de los menores también mueren, mientras que el tercero resiste, grave. Los conductores de ambos vehículos sólo sufren golpes.

La muerte de Calderón, de 53 años generó una honda tristeza en su provincia. Oriundo de Leales, era muy conocido por su trabajo en el Hospital local, en el gremio de SITAS y en el coro del penal Villa Urquiza, en el que dirigía a los internos.

Loable tarea

Su llegada a Villa Urquiza fue contada en una entrevista para LA GACETA en enero de 2011, en una anécdota que pinta de cuerpo entero su sensibilidad.

“Fue en 2006, luego de un motín en Villa Urquiza. Es la época en la que los jueces deciden sobre las causas, decidiendo la libertad de muchos internos, y confirmando las condena de otros tantos. El fin de año, en los penales, es muy terrible. Fuimos a dar un concierto, con un repertorio a capella, navideño; fue una experiencia que me marcó, y que creo que fue lo que me decidió a entrar. De pronto me doy vuelta para saludar, porque estaban aplaudiendo, y me encuentro, entre los rostros de los internos, con un ex compañero mío de trabajo, que lloraba a mares. Cuando terminó el concierto se acercó, nos abrazamos, y lloramos los dos. Nunca le pregunté porqué estaba ahí, después salió en libertad. Como él, había muchísima gente que manifestaba en sus rostros lo que le transmitían esos villancicos. Y se veía esa parte humana que queremos rescatar. Uno va a darles alegría y paz. Y finalmente es uno el que se siente transformado”, había relatado.

El choque

Según fuentes policiales de Pehuajó, el choque ocurrió minutos antes de las 16 del viernes. No hubo terceros involucrados y los vehículos quedaron secuestrados. Luis Alberto Caldentey es el fiscal que buscará echar luz sobre lo que pasó.

Fueron tres las dotaciones de bomberos que trabajaron en el lugar, y que tuvieron que emplear un martillo neumático para rescatar a los pasajeros de la Sandero.

José Alfaro, cuñado de Calderón, informó a LA GACETA que los restos del músico y bioquímico arribaron ayer a última hora a la provincia y que la familia llegará hoy temprano en avión, por lo que el sepelio será a partir del mediodía en una sala velatoria del pasaje Padilla.

El mejor recuerdo


“Fue uno de los primeros que se sumó al movimiento de trabajadores. Era muy humilde. Siempre preocupado por la dignidad de sus compañeros, para que los recategoricen. Era una persona amable, sencilla, de muy buen diálogo. Con una altura moral impresionante. Además de trabajar en Villa Urquiza, hizo trabajos con niños de barrios carenciados. Estamos muy dolidos. Perdimos a un gran referente. Jamás vendió su dignidad, aunque se lo ofrecieron”, señaló el pediatra Sergio Amaya, compañero de Calderón en el hospital de Leales y vocal de SITAS.

El sector de la Salud no es el único que guarda un buen recuerdo de la víctima. También lo extrañarán en el ambiente cultural. El director Ricardo Steinsleger lo describió como “una persona muy cálida, apacible, buena gente y buen músico. Muy querido en el ambiente”.

Probablemente, también lo extrañarán sus dirigidos. “Ellos me decían ‘descubro una cosa en la que soy bueno, en la que la sociedad no me censura’. Y eso es lo que sienten cuando la gente los aplaude, se pone de pie y llora. Se redescubren a sí mismos. Me dicen: ‘yo estuve toda la vida creyendo que no servía para nada’”, contaba Calderón en la última entrevista concedida a este diario. Sí, efectivamente. Extrañarán a esa persona que los hizo creer en sí mismos, por primera vez.

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