Poema “Tucumán”, de 1874

Poema “Tucumán”, de 1874

Un soneto de Groussac dedicado a Delfín Gallo

TRIBUNO TUCUMANO. Detalle del busto de Delfín Gallo, en lo alto de su tumba de la Recoleta.  la gaceta / archivo TRIBUNO TUCUMANO. Detalle del busto de Delfín Gallo, en lo alto de su tumba de la Recoleta. la gaceta / archivo
Es sabido que Paul Groussac (1848-1929) guardó siempre gran afecto hacia Tucumán. Aquí residió, enseñó y escribió, entre 1871 y 1883. Ya radicado en Buenos Aires, en 1892 editó allí un pequeño libro de poemas, de 71 páginas en total, con composiciones en francés y en castellano. Se titulaba “Le cahier del sonnets” (el cuaderno de sonetos). Lo estampó en cuidada tipografía la casa Coni, de la calle Perú y es ya una rareza bibliográfica. Junto al título, las palabras “Première suite” (primera serie) indicaban que proyectaba publicar otros en el futuro, cosa que no sucedió.

Entre los sonetos, estaba “Tucumán”, dedicado a Delfín Gallo, gran parlamentario que integró, junto con Nicolás Avellaneda y Sisto Terán, el trío de “mis primeros amigos tucumanos”, como escribió alguna vez. Otros argentinos mentados en las dedicatorias del “Cahier”, eran Avellaneda, Pedro Goyena, Carlos Pellegrini y Carlos Guido y Spano. Los europeos, eran Ulric Courtois, Sarah Bernhardt, Marcelino Menéndez y Pelayo, José M. de Heredia, Anatole Franca y Alphonse Daudet.

Fechado en 1874, el soneto “Tucumán” decía: “Ciñen, oh Tucumán, laurel y flores/ de púrpura tu frente y de esmeralda;/ como manto de rey, brilla en tu espalda/ el velo tropical de cien colores./ ¡Tierra de seducción, jardín de amores!/ De tus nevados cerros en la falda/ planté mi tienda un día, y mi guirnalda/ primera hube en tus bosques bullidores./ Del pobre altar que alcé para tu gloria,/ crecía en las junturas de la piedra/ un haz de madreselva y verde hierba./ Ato a la breve flor, cual tu memoria,/ hiedra vivaz como el recuerdo mío,/ y formo un ramo agreste que te envío”.

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