El “Rey León” regresa a casa

El “Rey León” regresa a casa

Julio festejará el título en Colombia; ¿volverá?

MISIÓN CUMPLIDA. Julio encontró lo que vino a buscar en Atlético: regularidad en su juego y el título de campeón. la gaceta / foto de analía jaramillo (arcvhivo) MISIÓN CUMPLIDA. Julio encontró lo que vino a buscar en Atlético: regularidad en su juego y el título de campeón. la gaceta / foto de analía jaramillo (arcvhivo)
23 Noviembre 2015
Unos instantes antes de que la marea humana compuesta por hinchas de Atlético desesperados por quedarse con algún recuerdo de los futbolistas campeones de la B Nacional 2015, Miguel Julio cuenta haber entrado en un limbo de paz total. El colombiano, factor clave comandando la aduana media del “decano”, había conseguido lo que vino a busca a Tucumán: la más dulce y sabrosa gloria.

Fueron momentos de emoción y de tensión los que pasó cuando los invasores al campo del Monumental actuaron como saqueadores, pero claro, nada ni nadie iba a quitarle lo que ya tenía atesorado en su corazón, que era haber cumplido con el objetivo.

“Pasó y ahora estoy tranquilo, relajado, pensando ya en la familia y en mi hija, que voy a ver muy pronto y a disfrutarla”, entre risas de emoción, el “León de Santa Marte” entrega sus últimas palabras del año a los periodistas que fueron a verlo a él y a el resto de sus compañeros en la clausura de la actividad del plantel superior en Ojo de Agua.

Julio se mantiene aún en su limbo de paz. “Por un año se trabajó duro, pero cosechamos nuestro fruto, gracias a Dios”, agradece mirando a un cielo tapado de nubes grises, aunque para el moreno allí arriba todo brilla con claridad.

La noche de los festejos fue una de las postales que jamás en su vida podrá borrar, asegura Miguel. “Cantamos, bailamos, hablamos; recordamos viejas anécdotas de esto y lo otro. Después llegamos a la plaza Independencia, que fue una locura. Y la gente estaba ahí con nosotros. ¡Qué euforia!”, festeja el volante central, cuyo rol tomó un papel preponderante en el 11 ideal de Juan Azconzábal en el último semestre. Su primera parte en el club fue algo complicada: le costó aclimatarse, se lesionó y hasta pasó por el quirófano. Pero lo malo, malo fue.

Julio cumplió su sueño. “Quería ascender, porque era nuestro propósito y lo logramos. Esto va dedicado a mi hija, María Ángel, a mi familia, a mis hermanos, amigos, a todo aquel que me conoce y se acordó de mí”, reparte sus emociones el “León”, valijas casi en mano antes de embarcar rumbo a Medellín. ¿Volverá? “A quién no le gustaría quedarse en Atlético con las cosas lindas que pasamos acá?”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios