Nace una incubadora para proyectos tecnológicos

Nace una incubadora para proyectos tecnológicos

La Universidad tucumana creó junto con la empresa Tucumán BBS el Centro de Tecnología Disruptiva. Se inspira en una casa de altos estudios de Silicon Valley

BRAZO ROBÓTICO. Uno de los proyectos que se están desarrollando en el flamante Centro de Tecnología Disruptiva de la San Pablo T.  LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.  BRAZO ROBÓTICO. Uno de los proyectos que se están desarrollando en el flamante Centro de Tecnología Disruptiva de la San Pablo T. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO.
10 Noviembre 2015
“Un innovador disruptivo es alguien dispuesto a experimentar; está sensible a lo que pasa a su alrededor y no usa métodos tradicionales”. (del libro “El ascenso de las clases creativas”).

El fuego, la rueda, el GPS, el teléfono celular. Esos inventos y descubrimientos que cambiaron nuestra manera de vivir se podrían considerar tecnologías disruptivas. Y el nuevo espacio que se inauguró en la Universidad de San Pablo-T se promete como un centro de investigación dedicado a este campo. Un espacio que, afirman sus responsables, busca generar un cambio de concepto en la manera de investigar y que tiene por objetivo llevar a esas investigaciones a un buen puerto.

Augusto Parra, director del Centro de Tecnología Disruptiva (CTD), comentó que lo primero que hacen es la evaluación de proyectos de tecnología de cualquier investigador o de una empresa que quiera desarrollar un producto; luego realizan un prototipado y se chequea la disponibilidad de financiamiento. “En Tucumán hay mucha investigación y de muy buena calidad, pero en la concreción la realidad es otra, ya que hay muy poca. Uno de los casos locales más renombrados y que llegó a buen puerto es la leche biótica: se la comercializa y con ella se ha creado un cambio en la calidad de vida de las personas. Eso es lo que nosotros vamos a potenciar”, aseguró Parra.

El proyecto se inspira en la Universidad de la Singularidad, que es una institución de Silicon Valley cuya finalidad es reunir, educar e inspirar a un grupo de dirigentes a que se esfuercen por comprender y facilitar el desarrollo exponencial de las tecnologías y que ayuden a promover, aplicar, orientar y guiar estas herramientas. Esa casa de altos estudios está patrocinada por Google y la NASA. El edificio que alberga el CTD está ubicado en el campus de la San Pablo-T. Allí, por impulso de la empresa Tucumán BBS, que también financia el proyecto, se levantó un laboratorio de investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.

Los profesionales interesados -describió Parra- podrán trabajar en el diseño y conceptualización de prototipos de proyectos, guiados por mentores especialistas en las área como tecnología aeroespacial, telecomunicaciones, nanotecnología, biosensores, energías alternativas y biomedicina. Los interesados deberán enviar un e mail a [email protected]

La metodología de trabajo incluye mentoría de proyectos, grupos de trabajos, desarrollo de diseños, prototipos y servicios. Según Parra, también fundador de Tucumán BBS, desde el centro ya vienen trabajando hace unos tres años en proyectos y tienen productos terminados como un nanosatélite (“está en su versión de ingeniería”) y que sirve para el control de cultivos. También desarrollan sensores biomédicos con el cardiólogo clínico y transplantólogo Sergio Perrone, y ropa inteligente (“una camiseta dry fit con sensores que controlan el estado de salud del deportista”).

Entre los objetivos del CTD está el de cambiar la mentalidad de las empresas para que inviertan en este campo investigativo. “Creemos que el crecimiento se da cuando el conocimiento de la Universidad, va de la mano de las empresas y al revés. Este modelo se replica en todo el mundo. Con ese pensamiento ha crecido esta Universidad, y por ello apostamos a formar un polo tecnológico, en el que se incluye este centro”, agregó Catalina Lonac, presidenta de la Fundación para el Desarrollo, a cargo de la casa de estudios.

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