Cuentos con un lenguaje certero, sabroso y amigable

Cuentos con un lenguaje certero, sabroso y amigable

Historias construidas con naturalidad, inteligencia, ironía y humor.

RASGOS LITERARIOS. Los “malos sentimientos” son protagonistas de las historias de Inés Fernández Moreno, donde los protagonistas son capaces de disfrazar la envidia como una ideología. RASGOS LITERARIOS. Los “malos sentimientos” son protagonistas de las historias de Inés Fernández Moreno, donde los protagonistas son capaces de disfrazar la envidia como una ideología.
08 Noviembre 2015
CUENTOS
Malos sentimientos
INÉS FERNÁDEZ MORENO
(Alfaguara – Buenos Aires)

Acaba de aparecer un nuevo libro de cuentos de Inés Fernández Moreno. Un libro de una madurez admirable que conserva toda la frescura de sus obras anteriores pero donde su voz tan propia ajusta todas sus inflexiones y mantiene a través de sus once cuentos y tres fábulas un mismo nivel y una indiscutible unidad.

¿Pero de que está hecha esta poética que pare cuentos “aptos para todo público”, sabrosos, agudos, interpelantes?

Primero, está hecha de naturalidad, un atributo que es por un lado herencia -del coloquialismo de César Fernández Moreno, el padre de Inés, y del sencillismo de Baldomero, su abuelo-, pero también una elección y un trabajo: el ajuste exacto entre temas y modos de contar.

También de una inteligencia jamás pretenciosa aplicada a la observación del mundo, de la gente, de la vida cotidiana y los usos y costumbres de un mundo y una Argentina que se transforma.

De una fina ironía que disecciona las debilidades del cuerpo y del alma, de aquello que se oculta bajo la alfombra o se pasa por alto para no confrontar, porque, como dice la protagonista de Lo que te debo, “callarse es el principio elemental de cualquier amistad, de cualquier convivencia”.

De humor, un humor que no desemboca en carcajada sino en la media sonrisa con que piadosamente se descubren, se aceptan y hasta se disculpan, pero sin concederles nada, los “malos sentimientos”.

Esos que son protagonistas de estas historias donde una mujer va variando de lo justo a lo conveniente en una misma conversación telefónica, un muchacho recupera lo que es suyo apelando a los métodos del ladrón que lo robó o dos amigas disfrazan de ideología la llana envidia.

Y, sobre todo, de lenguaje, de un lenguaje certero, sabroso y amigable que encuentra su mejor expresión en los diálogos, capaces de pintar línea a línea personajes inolvidables y situaciones aparentemente livianas o banales pero que son el exponente de todo aquello que tiene peso, importa y configura la condición humana.

Si todos estos rasgos son comunes a los libros anteriores de la autora -sus varios volúmenes de cuentos y sus novelas La última vez que maté a mi madre, La profesora de español y El cielo no existe, que ganó el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2014-, Malos sentimientos aporta además algunas novedades. Una trama de intriga en Huevos, género abordado ya en El cielo no existe, una incursión en lo fantástico en No preguntes lo que no te dicen y, lo mejor, las tres fábulas ubicadas al final, un salto sutil y elegante hacia el territorio menos fechado, más misterioso y universal del arquetipo, el precepto y la poesía.

© LA GACETA

JULIA SALTZMANN

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