Cartas de lectores
29 Agosto 2015
ALBERDI
Se cumplen hoy 205 años del nacimiento de quien es considerado por muchos ilustres compatriotas, el pensador político más esclarecido de nuestra historia, nuestro comprovinciano, el doctor Juan Bautista Alberdi, quien con su obra magna: “Bases y punto de partida de la organización política de la República Argentina” fue el inspirador de la Constitución en 1853, por lo que es considerado el Padre de la esta. Hoy sus restos están depositados (innegablemente no descansan), en uno de los pasillos de nuestra Casa de Gobierno. Recordemos que dicha Carta Magna, en su artículo 1º expresa: “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa Republicana Federal...” Durante la gestión de las actuales autoridades de los gobiernos provincial y nacional, la aplicación de anacrónicos y reprobados sistemas electorales que se prestan a deleznables prácticas, se han ido generalizando y profundizando, ¿podemos aceptar que las autoridades así elegidas, son representativas de las decisiones de una ciudadanía, cuya dignidad es respetada y actúa libre e independientemente? ¿Es una realidad la forma republicana de gobierno, cuyo mandato fundamental exige el respeto sagrado a la división e independencia de los tres poderes que constituyen el gobierno, con funciones claramente definida para cada uno de ellos? ¿Está vigente el modelo federal de gobierno? Nunca en más de 20 años se trató una ley fundamental como la de coparticipación ni se procuró el desarrollo equilibrado y armónico de todo el país, hecho que ha convertido al Poder Ejecutivo Nacional en dueño absoluto del presupuesto que distribuye en forma arbitraria y discrecional, según sus afinidades, simpatías o conveniencias políticas, creando una abrumadora y absurda desigualdad entre las regiones, con zonas subsidiadas que gozan de irritantes privilegios y otras que sufren una absurda y repudiable marginación, a la vez que  convierte a los gobernadores en súbditos mendicantes de su poder, o bien en enemigos denostados y castigados, si osan defender sus autonomías. Esta es la lamentable realidad que nos toca vivir. Lo ocurrido en los últimos tiempos, sugiere que individual y colectivamente comenzamos a reaccionar. Es así como publicaciones objetivas sobre esta realidad, denuncias en la justicia o la protesta pacífica de la ciudadanía, provocan en las autoridades duras críticas en los medios de comunicación del Estado o la represión violenta. Creo que ha llegado la hora de que todos los argentinos, gobernantes y gobernados, hagamos la cruda, severa y auténtica autocrítica que nos cabe a cada uno y tratemos de hacer realidad el sueño de Alberdi, para quien el compatriota que pensaba distinto, era un adversario o un rival, nunca un enemigo y consecuentemente, aportemos y debatamos ideas y pensamientos, buscando el progreso para todos y el desarrollo para el país, eliminando para siempre el uso de la violencia entre hermanos, de la que en estos días sus restos fueron mudos testigos. Es el mejor homenaje que podemos ofrecerle a su benemérita memoria y es la exigencia que nos impone el destino venturoso de la patria de todos.

Adolfo Poliche


ALBERDI II
Se celebra hoy el Día del Abogado en homenaje al nacimiento del tucumano Juan Bautista Alberdi que nació el 29 de agosto de 1810, en el hogar constituido por el comerciante Salvador Alberdi (uno de los primeros españoles en recibir la ciudadanía argentina) y  Josefa Aráoz y Balderrama que estaba vinculada a viejas familias criollas tucumanas. Parte de su educación la recibió en el Colegio de Ciencias Morales de Buenos Aires y es el autor de obras fundamentales para nuestra organización nacional como las “Bases y Puntos de Partida para la Organización de la República Argentina” que fue el cimiento de  la Constitución dictada en 1853. Sus Obras Completas constituyen la impresionante suma de testimonios de un argentino que se definió y opinó acerca de todas las circunstancias de la vida nacional y que tuvo la valentía de rectificarse cada vez que advirtió su equivocación. Pero Alberdi no solo dedicó su vida a los temas jurídicos y políticos, sino también a otras disciplinas por la que tenía gran vocación, la música y la literatura. Bajo estas dos facetas desarrollo una personalidad que lo catapultó como un seductor empedernido; enamoraba a las mujeres y ellas lo adoraban sin desmayo aunque las plantara. Al finalizar sus estudios de abogacía en Buenos Aires, regresó a Tucumán. donde tuvo un romance con Julia Alurralde; recibió ofertas a ocupar cargos públicos y retorno a Buenos Aires, desechando el compromiso. En los tiempos en que se creaba la famosa Asociación de Mayo y se publicaba su primer libro frecuentaba con sus amigos Miguel Cané y Esteban Echeverría la tertulia de Mariquita Sánchez de Mendeville; con su aire tristón y sus condiciones musicales atraía las niñas de la época. Fue entonces cuando mantuvo una relación con Petrona Abadia y Magán de la cual tuvieron un hijo a quien llamaron Manuel. No se casó y en 1838 marchó al exilio en Montevideo, para alejarse de la dictadura rosista.  En Uruguay conoció a Lastenia Videla una joven hija de una familia de exiliados argentinos con la cual comenzó un romance que todos pensaron terminaría en casamiento, pero viajó a Europa dejando a Lastenia. Luego de conocer Italia, Suiza y Francia, Alberdi se fue a Chile y se radicó en Valparaíso. Trabajó como abogado e hizo fortuna a la vez que deslumbraba con su inteligencia y encanto a varias mujeres, entre ellas, Jesusa Muñoz. Cuando cayó Rosas el tucumano prefirió permanecer en Chile y escribió Las Bases; mientras salía con Jesusa, se sintió atraído por la hija de un amigo, Matilde Lamarca, que se enamoró de este hombre maduro, pero romántico y talentoso, en la casa de los Lamarca; Alberdi tocaba el piano y Matilde cantaba canciones francesas. Todo hacía pensar en un casamiento inminente pero este aceptó la propuesta del presidente Urquiza y marchó a París como embajador de la Confederación Argentina. En Londres, conoció en casa de Manuelita Rosas, a una viuda argentina, joven llamada Ignacia Gómez de Cánovas. Luego la nombrada viajó a París y allí estrecho un romance con el diplomático. A pesar de que Mitre le quitó a Alberdi su cargo de embajador, este permaneció en París y no regresó a la Argentina, sino 18 años después. Durante sus tres décadas parisinas, vivió con su ama de llaves Angelina Daugé, una mujer soltera y todos los veranos viajaba a un pueblito de la Normandía a casa de Angelina, donde escribió “El crimen de la guerra” y otros libros. Con el correr de los años la familia de Angelina paso a ser casi su propia familia. En 1879 y después de 41 años de ausencia, volvió a Bs.As. y reanudo relaciones con dos de sus antiguas novias (Ignacia y Lastenia). Después de un tiempo en Buenos Aires, decidió retornar a París y durante el viaje por el mar sufrió un ACV, ya en la capital francesa, Matilde Lamarca quien se había casado con Manuel del Carril lo visita casi todos los días. Muere el 29 de agosto de 1884; al día siguiente, Angelina Daugé se desmaya de dolor ante el cadáver de su querido Alberdi, a quien la muerte atemperó como seductor de mujeres pero no impidió que sus ideas continuaran convenciendo a los amantes de la libertad.

César Ricardo Trejo 


ALBERDI III
Quiero invitar a los tucumanos a rendirle un homenaje hoy en la plaza Alberdi, al creador de nuestra Constitución, que nació el 29 de agosto de 1810 en una casa de 24 de Septiembre y 25 de Mayo, donde actualmente funciona una confitería, y falleció en París en 1984, a los 74 años. . Próximos al bicentenario de la Independencia, sería bueno le pidiéramos que nos guíe para que nos unamos y podamos erradicar la pobreza, la marginación social y para que los hombres tengan trabajo genuino y con educación se puedan erradicar flagelos como la droga, el femicidio y recuperemos el patriotismo. La Biblia nos dice: “Da de comer al hambriento y de beber al sediento” y “ama a tu prójimo como a ti mismo”, palabras que hoy deben tener plena vigencia.

Jorge Antonio Chaves
Sabin s/n-El Corte
Yerba Buena-Tucumán


LA CASA SUCAR
Nuevamente está en riesgo de demolición la bellísima casa Sucar, parte de uno de los más interesantes conjuntos urbanos que tiene nuestra ciudad, un rinconcito que nos arranca una sonrisa al pasar. No es extraño a la política antipatrimonio que desarrolla sostenidamente este gobierno, si recordamos el caso del Mercado de Abasto, el ex edificio de Rentas y la primera confitería. El primero fue negociado con una empresa extranjera que tiene capital suficiente para comprar una manzana entera en esta ciudad si lo desea y demolido en parte, el segundo está abandonado y la tercera es un montón de ruinas. Tal vez sea una ingenuidad preguntarle al gobernador si realmente consideró alguna vez que para tener una ciudad histórica-turística hay que tener una ciudad linda y con edificios históricos para mostrar. Ante esta política del Estado, quiero invitar al Colegio de Arquitectos, a la Federación Económica, a la UNT, a la Sociedad Rural y a toda institución del medio a apoyarnos en la lucha por el patrimonio, porque una ciudad linda nos beneficia a todos, mientras que la especulación inmobiliaria beneficia a unos pocos.

Patricia Acosta


LOS DICHOS DE ROJKÉS
En medio de la oscuridad que hoy ensombrece la vida de los tucumanos bajo la mentirosa presión que aliena y ataca a la pasión por la verdad, soportamos  los graves años de apropiación del Estado, la provincia, y las instituciones de la república. Pero ahora han avanzado aún más sobre  la voluntad del pueblo que rechaza cualquier imposición, y se mantiene expectante con incierto resultado final. Los tucumanos nos hemos hartado. No aceptamos que dibujen el resultado de las últimas elecciones. Es que ahora también el fraude electoral ha desatado la ira de los que son denunciados en las plazas públicas, por corruptos. La mujer de Alperovich ha denostado, denigrado, y atacado sobre el terreno personal y moral, a una mujer pública y reconocida en la comunidad  por sus virtudes y acciones en la política. Ha dañado a los padres de su víctima, pero también a sus hijos, a los amigos, y a todos los que creemos, porque ser cristiano católico no es simplemente llevar una cruz colgada en el cuello. Cristo es él mismo en cada uno de nuestros actos.  Y Silvia Elías de Pérez es una señora comprometida en sus actos, ama al prójimo, es inteligente y valiente. La admiro, por eso salgo a opinar sobre esto que ha sucedido en el Senado, donde Beatriz Rojkés usó el estrado público para agraviar y destruir. Los tucumanos rechazamos la violencia en cualquier ámbito y forma. Decimos no a la pobreza, no a la corrupción, no al fraude electoral.

Marcelo Funes


LA LUZ VERDE
Los amables automovilistas que transitan por San Miguel de Tucumán aprietan el acelerador apenas el semáforo se pone en verde, sin darle tiempo al peatón a cruzar. Ello ocurre, por ejemplo, en las esquinas de Ayacucho con General Paz y con La Madrid. Sería interesante que algún funcionario municipal se apiadara del transeúnte, en especial del discapacitado, y hallara una solución a la brevedad.

Lelia R. González

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios