01 Agosto 2015
GINEBRA, Suiza.- La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aseguró, en un informe, que la economía informal absorbe más de la mitad de la fuerza laboral mundial. Además, sostuvo que comprende a más del 90% de las pequeñas y medianas empresas. Esta situación afecta, fundamentalmente, a un gran número de empresas micro en países en desarrollo. Por esta razón, millones de trabajadores y unidades económicas padecen condiciones de empleo deficientes y carecen de derechos laborales, señaló el organismo internacional.
El empleo de baja calidad, una protección social inadecuada y escasa productividad son algunos de los obstáculos que enfrentan los trabajadores y las empresas en la economía informal. La nueva norma internacional del trabajo, adoptada en la 104° Conferencia Internacional (CIT) de junio pasado, en Suiza, fue “histórica” porque ofreció orientación sobre cómo producir ese proceso.
Sus objetivos son tres: facilitar la transición de los trabajadores y las unidades económicas de la economía informal a la formal; promover la creación de empresas y de empleos decentes, en el marco formal, y prevenir la informalización de los trabajadores formales. “No se trata sólo de haber adoptado una nueva recomendación. Lo que importa es instrumentarla”, explicó Azita Berar Awad, directora del Departamento de Política de Empleo de la OIT.
El programa Forlac, lanzado por la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, proporciona gran cantidad de análisis, recomendaciones políticas y directrices sobre la facilitación de esa transición económica.
La OIT destacó que en Uruguay, las autoridades impositivas y las instituciones de seguridad social colaboran para establecer un régimen de recaudación simplificado y unificado para los pequeños contribuyentes (monotributo) y, las personas cubiertas por el sistema, tienen derecho a los mismos beneficios de seguridad social que los trabajadores que se desempeñan en la economía formal.
De igual modo, la OIT recalcó que Brasil puso en marcha un proceso de rápida formalización laboral, ya que en la última década la creación de empleo en la economía formal fue tres veces más rápida que en la informal.
Además, algunas políticas públicas innovadoras y permitieron que alcanzaran a grupos difícilmente accesibles, como los cuentapropistas y las pequeñas empresas en esa transición. (Télam)
El empleo de baja calidad, una protección social inadecuada y escasa productividad son algunos de los obstáculos que enfrentan los trabajadores y las empresas en la economía informal. La nueva norma internacional del trabajo, adoptada en la 104° Conferencia Internacional (CIT) de junio pasado, en Suiza, fue “histórica” porque ofreció orientación sobre cómo producir ese proceso.
Sus objetivos son tres: facilitar la transición de los trabajadores y las unidades económicas de la economía informal a la formal; promover la creación de empresas y de empleos decentes, en el marco formal, y prevenir la informalización de los trabajadores formales. “No se trata sólo de haber adoptado una nueva recomendación. Lo que importa es instrumentarla”, explicó Azita Berar Awad, directora del Departamento de Política de Empleo de la OIT.
El programa Forlac, lanzado por la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe, proporciona gran cantidad de análisis, recomendaciones políticas y directrices sobre la facilitación de esa transición económica.
La OIT destacó que en Uruguay, las autoridades impositivas y las instituciones de seguridad social colaboran para establecer un régimen de recaudación simplificado y unificado para los pequeños contribuyentes (monotributo) y, las personas cubiertas por el sistema, tienen derecho a los mismos beneficios de seguridad social que los trabajadores que se desempeñan en la economía formal.
De igual modo, la OIT recalcó que Brasil puso en marcha un proceso de rápida formalización laboral, ya que en la última década la creación de empleo en la economía formal fue tres veces más rápida que en la informal.
Además, algunas políticas públicas innovadoras y permitieron que alcanzaran a grupos difícilmente accesibles, como los cuentapropistas y las pequeñas empresas en esa transición. (Télam)
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