06 Julio 2015
Betina Lacunza - Doctora en Psicología - Conicet - UNT
Muchos niños suelen mencionar que “se aburren” con facilidad, ante cualquier situación por más novedosa que sea. Los períodos de vacaciones suelen ser momentos de mayor ocio donde la sensación de aburrimiento aumenta. Mas allá de la actividad que se desarrolle, lo esencial es que los niños consigan gratificaciones con la actividad (juego, lectura, actividad física, entre otras) que realicen. Csikszentmihalyi (1998), autor representativo de la Psicología Positiva, propone el flow (fluir) como un estado emocional positivo que se experimenta en los momentos que los sujetos se encuentran totalmente implicados en la actividad que están realizando. El dolor, el hambre, por ejemplo, desaparecen por completo. Se suele decir “se me pasó el tiempo volando”.
Una forma de aumentar las gratificaciones en los niños es potenciar sus relaciones positivas.Que pongan en juego habilidades de reciprocidad, empatía, cooperación junto a pares, disminuyendo emociones negativas, comparación social, ansiedad, envidia. El estar cara a cara, dialogar, tener conflictos, negociar, llegar a acuerdos entre los niños aumenta la estimulación y minimiza la posibilidad de percibir aburrimiento. ¿Será que aquellos niños con mayores redes sociales se aburren menos? Quizás este interrogante pueda encender la curiosidad de un investigador pero no puede negarse, tal como plantea Seligman (2011), que las relaciones con los demás es uno de los mejores antídotos contra las debilidades y los avatares de la vida.
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