Así da gusto verlo jugar a Atlético

Así da gusto verlo jugar a Atlético

El "Decano" borró de la cancha a Boca Unidos, al que nunca había vencido, estando 10 contra 11.

CUMPLIDOR. Cáceres cerró bien el carril zurdo de la defensa de Atlético. Marcó muy bien, aunque no tuvo proyección. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso CUMPLIDOR. Cáceres cerró bien el carril zurdo de la defensa de Atlético. Marcó muy bien, aunque no tuvo proyección. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
Hasta antes del partido de anoche, hablar de Boca Unidos para el hincha de Atlético era como recibir una estadía all inclusive en el infierno con todos los servicios extras de torturas sin cargo y sin opción a rechazar la cortesía. Los correntinos tenían el cartel de que eran capaces, si el “decano” estaba enfrente, de caminar por un espejo de agua sin siquiera mojarse los tapones de sus botines.

Boca Unidos venía a ser todo el mal compactado en un mismo envase. Los calificativos podrían haber seguido hasta el final del domingo y hasta el próximo enfrentamiento, pero resulta que antes de que la campana de comienzo a una nueva batalla en el Monumental, Atlético entendió que su vida pendía de un hilo en el torneo, por la mala cosecha que venía logrando, y que su futuro se resumía en un acto de coraje frente a su Hombre de la Bolsa.

En otro contexto, los correntinos hubiesen sido el rival al que nunca hubiese elegido el “decano” para pelear. Pero ayer sí necesitaba medirse con un rival de su calibre fantasmagórico. A Atlético le urgía demostrar que el pasado estaba bien pisado y que tres fechas de sinsabores habían sido tropiezos y no caídas.

El “decano” se embarró como la situación lo pedía. Demostró que es un equipo con garra, maduro y poco tierno. Entendió que el fútbol es un juego de 90 minutos en los que se la puede pasar excelente, muy bien, bien, más o menos y pésimo. Un camino así recorrió el equipo en el José Fierro. Arrancó siendo la tromba de costumbre, cerrando espacios, acorralando y jugando con fuego sobre el arco de Gastón Sessa. El gol llegó temprano, a través de Juan Martín Imbert pero gracias al combo que se mueve por arriba. La pelota fue de una punta a la otra hasta que Acosta tiro un centro perfecto.

Fue el primer tiempo soñado devenido en pesadilla cuando en el amanecer del acto dos Franco Sbuttoni vio la roja. Sin embargo, estando en inferioridad de condiciones Atlético fue al frente y también se tiró de cabeza. Así llegó el gol de Leandro Díaz, producto de una buena contra y un gran pase de Imbert. Pero tanto alboroto arriba costó abajo. Llegó la distracción y el descuento de Dening. ¿Otra vez a sufrir? No. Esta vez fue pícaro Atlético. Voló un córner, Sessa cazó pajaritos y “Pulguita” puso el botín para el 3-1 de la consagración.

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