26 Junio 2015
Piden un careo entre Ilarraz y el cardenal Karlic
El sacerdote aseguró que nunca le notificaron que se había iniciado un juicio diocesano en su contra, y citó al obispo de Concepción, José María Rossi, como un testigo a su favor. Los querellantes quieren que el cura sospechado de abusos sexuales se siente frente al ex arzobispo para saber si reconoció la acusación.
Hubo un pedido de perdón. Para el cardenal Estanislao Karlic había una clara referencia a los abusos sexuales que habría cometido el cura Justo José Ilarraz cuando era prefecto de disciplina en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná, entre 1985 y 1993.
Ilarraz, en cambio, sostiene que el pedido de perdón estaba relacionado con la situación por la que pasó la Iglesia a mediados de los 90 luego de que se hicieran las primeras denuncias internas por los supuestos abusos.
Para zanjar la cuestión, los abogados querellantes Marcos Rodríguez Allende y Rosario Romero adelantaron que pedirán un careo entre el ex arzobispo y el cura acusado. Sucede que Karlic declaró por escrito que Ilarraz había asumido la responsabilidad que le correspondía sobre los hechos, cuando se le comunicó el juicio diocesano, antes de que se lo enviara a Roma y que se le prohibiera regresar a Paraná a ejercer el sacerdocio.
Ilarraz declaró antes de ayer en la Justicia entrerriana y manifestó que nunca se le había comunicado que se le inició un juicio diocesano (un proceso interno de la Iglesia Católica), que no hubo ninguna sanción y que había viajado a Roma para realizar unos cursos.
“En el expediente que tienen agregado acá dice que no hay ninguna sanción. La resolución dice expresamente que se le prohíbe a Ilarraz permanecer en el territorio de Paraná hasta tanto se resuelva su situación en el Vicariato de Roma, que es una medida cautelar”, explicó Juan Ángel Fornerón, defensor de Ilarraz, quien agregó que nunca se le notificó al cura de tal resolución, según cita el diario “Análisis Digital”.
Ilarraz vivió unos años en Roma, y luego regresó a Argentina, donde se radicó en Concepción, Tucumán. Luego fue designado al frente de una iglesia de Monteros hasta 2012, cuando se hicieron públicas las denuncias en su contra.
“Ilarraz desmiente a Karlic; y es más, afirma que el actual arzobispo de Tucumán (se refiere a José María Rossi, en realidad obispo de Concepción), se comunicó con Karlic para saber sobre esta situación, y que el cardenal le dijo que no recordaba el hecho acontecido respecto de Ilarraz”, aclaró, por su parte, el querellante Rodríguez Allende.
“Karlic no miente, porque inició en 1995 las actuaciones diocesanas y en 1996 lo sancionó. Ilarraz dijo que nunca supo que existió el juicio diocesano y nunca supo de la sanción que significó que no podía volver a Paraná”, agregó el querellante. Sin embargo, en el documento que se aportó al expediente dice que la sanción debía ser notificada a Ilarraz, según el abogado.
Ilarraz, en cambio, sostiene que el pedido de perdón estaba relacionado con la situación por la que pasó la Iglesia a mediados de los 90 luego de que se hicieran las primeras denuncias internas por los supuestos abusos.
Para zanjar la cuestión, los abogados querellantes Marcos Rodríguez Allende y Rosario Romero adelantaron que pedirán un careo entre el ex arzobispo y el cura acusado. Sucede que Karlic declaró por escrito que Ilarraz había asumido la responsabilidad que le correspondía sobre los hechos, cuando se le comunicó el juicio diocesano, antes de que se lo enviara a Roma y que se le prohibiera regresar a Paraná a ejercer el sacerdocio.
Ilarraz declaró antes de ayer en la Justicia entrerriana y manifestó que nunca se le había comunicado que se le inició un juicio diocesano (un proceso interno de la Iglesia Católica), que no hubo ninguna sanción y que había viajado a Roma para realizar unos cursos.
“En el expediente que tienen agregado acá dice que no hay ninguna sanción. La resolución dice expresamente que se le prohíbe a Ilarraz permanecer en el territorio de Paraná hasta tanto se resuelva su situación en el Vicariato de Roma, que es una medida cautelar”, explicó Juan Ángel Fornerón, defensor de Ilarraz, quien agregó que nunca se le notificó al cura de tal resolución, según cita el diario “Análisis Digital”.
Ilarraz vivió unos años en Roma, y luego regresó a Argentina, donde se radicó en Concepción, Tucumán. Luego fue designado al frente de una iglesia de Monteros hasta 2012, cuando se hicieron públicas las denuncias en su contra.
“Ilarraz desmiente a Karlic; y es más, afirma que el actual arzobispo de Tucumán (se refiere a José María Rossi, en realidad obispo de Concepción), se comunicó con Karlic para saber sobre esta situación, y que el cardenal le dijo que no recordaba el hecho acontecido respecto de Ilarraz”, aclaró, por su parte, el querellante Rodríguez Allende.
“Karlic no miente, porque inició en 1995 las actuaciones diocesanas y en 1996 lo sancionó. Ilarraz dijo que nunca supo que existió el juicio diocesano y nunca supo de la sanción que significó que no podía volver a Paraná”, agregó el querellante. Sin embargo, en el documento que se aportó al expediente dice que la sanción debía ser notificada a Ilarraz, según el abogado.
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