“Ella está enterrada y los asesinos están sueltos”

“Ella está enterrada y los asesinos están sueltos”

Reclaman que no quede impune el crimen de una mujer que hace tres años fue violada, golpeada, mutilada y quemada en El Cadillal

QUIEREN JUSTICIA. “Veo que este caso está quedando en la nada”, lamentó Elva Ledesma, tía de la víctima. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso QUIEREN JUSTICIA. “Veo que este caso está quedando en la nada”, lamentó Elva Ledesma, tía de la víctima. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
01 Junio 2015
“El femicidio no es una muerte común, sino que hay un ensañamiento, hay bronca y odio”, manifestaba la psicóloga Marta Palazzo en un artículo publicado ayer en este diario. Tal vez eso explique el aberrante crimen de Aída Correa, a quien violaron, golpearon, mutilaron y quemaron. La mujer tenía 36 años y cinco hijos menores de edad.

El caso ocurrió hace tres años en Las Mesadas, El Cadillal, pero la ausencia de justicia obliga a su familia a recordarlo. Su tía, Elva Ledesma, relató cómo se produjo el escalofriante asesinato. Contó que su sobrina llevaba un año de novia con el homicida, pero que los días previos al crimen había decidido terminar la relación. Habría sido esa situación la que desató la furia del hombre.

El cuerpo de Aída fue encontrado la tarde del lunes 6 de febrero de 2012. Su tía describió el estado del cadáver, que yacía en una alcantarilla: “estaba desnuda, sólo tenía puesta una pierna del pantalón, tenía un alambre en el cuello, le habían arrancado los pezones a mordiscones, tenía un palo enterrado desde sus partes íntimas hasta el pecho y se notaba que habían intentado incinerarla porque tenía una parte del cuerpo quemado”, detalló.

Los imputados por el crimen son tres: el ex novio de Aída y dos amigos suyos, uno de los cuales falleció antes de ser juzgado. Como ya cumplieron los dos años de prisión preventiva, los sospechosos están libres. “Viven a seis o siete cuadras de la casa de la madre de Aída, pasan y se ríen, haciendo burla”, contó Elva con impotencia.

La golpeaba

Un día antes del hallazgo del cuerpo, el ex novio de Aída había ido a visitarla a la casa donde la víctima vivía con su madre. “Uno de los chicos (hijos de la mujer) me contó que ese día (el homicida) le pegó un chirlo”, afirmó la tía.

Después de almorzar, Aída y su madre se fueron al club Paso de las Lanzas, donde se realizaban bailes de carnaval. Ambas trabajaban limpiando los baños de ese lugar. “Ahí le volvió a pegar y le tiró con un vaso de cerveza”, siguió contando Elva.

Después de ese episodio, nadie volvió a ver a la mujer. Recién tuvieron noticias suyas al día siguiente, cuando unos chicos que andaban en un carro encontraron el cuerpo, la reconocieron y fueron a avisarle a la familia.

“Una persona sola no puede hacer todo lo que le hicieron, tienen que haber sido varios los que la mataron y la violaron”, reflexionó Elva, quien además contó que la familia entera se desmoronó después del crimen. “Los padres de Aída se separaron, la mamá casi no puede hablar porque tuvo un ACV (accidente cerebro vascular) y ahora están tratando de vender su terreno para pagar los abogados porque ya no tienen de dónde sacar y ellos quieren justicia”, explicó la mujer.

De acuerdo con su relato, el juicio debía realizarse a fines de marzo, pero nunca empezó por falta de salas. “Veo que este caso está quedando en la nada, se enfrió todo, ella está enterrada y los asesinos están sueltos. Acá no veo justicia”, lamentó Elva.

La tía de Aída también participará de la movilización que lleva como lema #NiUnaMenos y que se realizará de manera simultánea en las distintas ciudades del país. En Tucumán, la concentración se realizará en la plaza Independencia, el miércoles, a partir de las 17.

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