Rossi fue hasta cura

El magnetismo que tiene el italiano Valentino Rossi sobre los fanáticos es algo pocas veces visto. Como ocurrió el año pasado, en la llegada del MotoGP a Termas de Río Hondo, el piloto del equipo oficial Yamaha volvió a ser el más requerido por la gente. Y él, obviamente, retribuyó tanto cariño a su manera: sacándose fotos y firmando cuantas gorras, banderas y remeras le pusieron en frente.

En el paddock, el Fan Zone y en las tribunas, los hinchas de “Vale” fueron mayoría y lo hicieron notar con una vestimenta a fin al italiano y hasta looks bastantes alocados como pelucas con rulos rubios, cortes de cabello en los que se destacaban el 46 y la siglas VR y hasta disfraces de “doctor”, apodo que tiene el nacido en Tavullia.

En los pocos momentos en que Rossi salió del box, siempre hubo una multitud esperándolo y en varios casos se quedó con la gente hasta que su agenda se lo permitió. Sin embargo, el punto máximo de fanatismo hacia Valentino lo protagonizaron los santafesinos Romina Maciel y Ángel Gutiérrez, quienes luego de una espera de varias horas en el Hotel Termas 1, cercano al circuito, lograron conocer al astro.

Pero no solo se sacaron fotos con él, sino que le pidieron que los casara. Y el nueve veces campeón no se resistió: tomó los anillos que le dio el novio, los “bendijo” y formalizó el amor de la pareja. “Los fanáticos de la Argentina son muy apasionados”, comentó Rossi, que volvió a sentir el cariño de su público de una manera muy especial.