El dueño de la boa "Margarita" confiesa que la extraña

El dueño de la boa "Margarita" confiesa que la extraña

Mariano Vidal rompió el silencio después de que le quitaran la mascota que tuvo en vilo a Banfield durante cuatro días. Sueña con recuperarla.

MARGARITA. Con 3 metros y 30 kilos, se encuentra en una Reserva natural. (IMAGEN DE SEPRIN) MARGARITA. Con 3 metros y 30 kilos, se encuentra en una Reserva natural. (IMAGEN DE SEPRIN)
30 Marzo 2015
BUENOS AIRES.- "Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío", dice la canción. Imagínense el hueco que deja una mascota de tres metros de largo y 30 kilos de peso, secuestrada por Defensa Civil. Tamaña amistad perdida ahora angustia a Mariano Vidal, el dueño de Margarita, la boa de Banfield que tuvo en vilo a todo el barrio durante cuatro días, con movilización de los vecinos, operativos policiales, cobertura periodística de todos los medios, tendencia nacional en Twitter y hasta una cumbia. Luego de que apareciera la boa (estaba escondida en el placard), Vidal fue repudiado por todos, multado por la Provincia, y condenado a vivir sin Margarita.

"Siento que todo el mundo estuvo detrás de un show. A mí me dijeron que iban a multarme, y lo entiendo, pero yo la extraño, es un animal al que le dediqué mucho tiempo... Mi intención era hacer su reintroducción a un hábitat natural, con un estudio de población para saber a dónde ubicarla”, le explicó el joven de 29 años al diario Clarín, luego de volver de su trabajo en un laboratorio. "Extraño a Margarita, mi intención es verla pronto, me dijeron que no iba a haber problemas, sobre todo por mi hija que también está bastante angustiada y tiene miedo de que la lastimen", agrega.

De Mariano y "Margarita" se dijo de todo: que el animal se había comido a un perro del barrio, que él era un irresponsable. "La boa había perdido la mayor parte de sus piezas dentales y tuve que hacerle alimentación forzada: meterle el alimento con la mano adentro de la boca, hasta la garganta. Todo eso para que ahora me la quiten y me multen", se lamenta. "Tampoco soy una víctima, no niego mi responsabilidad. Fue un descuido haber trabado mal la caja donde la coloqué cuando estaba desinfectando el lugar donde vivía, como hacía siempre", explicó el dueño de la boa, que espera volverla a ver.

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