Agua potable y mazamorra

Agua potable y mazamorra

Un ejemplo de Eliseo Cantón en el Congreso.

El tucumano Eliseo Cantón (1861-1931), además de célebre médico y catedrático, fue un destacado parlamentario. Tres veces se desempeñó como diputado nacional por Tucumán, entre 1888 y 1902, y dos veces por la Capital, entre 1904 y 1912. Llegó a presidir esa Cámara del Congreso.

En la sesión del 20 de septiembre de 1898, Cantón defendía la ampliación del préstamo hecho a Tucumán para las aguas corrientes: el monto se dedicaría a costear las conexiones de la flamante cañería central con los domicilios. Señalaba que implantar el servicio de aguas corrientes “ha costado siempre una lucha con el vecindario”. Cuando presidía la Comisión de Obras de Salubridad, había presenciado “las polémicas que mantenían los particulares con la Comisión, defendiendo los pozos de balde, que daban un agua de consumo en condiciones detestables”.

Narraba que, cuando se les demostraba, con los análisis en la mano, que esas aguas de pozo “contenían el bacilo generador de la fiebre tifoidea, que tomar aquella agua era lo mismo que envenenarse a sabiendas, entonces se recurría al último argumento, al de la mazamorra. Decían: señor, se hace muy rica mazamorra con agua de pozo; déjenos los pozos siquiera para este servicio”…

Expresaba Cantón que “este argumento se ha de repetir y hacer valer en Tucumán, y la Legislatura de aquella provincia tendrá que dictar una ley haciendo obligatorio el uso del agua corriente, mandando clausurar los pozos de balde y destinarlos exclusivamente a servir de sumideros, hasta tanto el aumento de población permita costear el servicio de cloacas, que es complemento de todo sistema de obras de salubridad”.

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