Cartas de lectores
 la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo) la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo)
16 Diciembre 2014

Carros de tracción a sangre I

Tiempo atrás, a través de esta sección tan importante para Tucumán, habíamos sugerido el reemplazo de los carros tirados por animales, que dan mucha pena por el maltrato que sufren, como también dan pena los niños que los conducen (¿), por motocarros. Parece que las autoridades por una vez escucharon las ideas y se olvidaron por un rato de sus propios negocios. ¡Congratulaciones! Si la ejecutan bien será una solución integral para: los pobres niños; los pobres caballos; los pobres automovilistas; la pobre ciudad. La imagen de Ciudad del medioevo puede mejorar un tanto. Y de los enormes gastos improductivos este será altamente rentable para todos; su rentabilidad social es enorme.

Franco Eugenio Nana

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Carros de tracción a sangre II

Escuchar las noticias de Tucumán produce ciertamente indignación porque no se puede ser tan ciego. Me parece correcto evitar el uso de la tracción a sangre en la ciudad, pero la mugre, el mal uso de los residuos no habituales, la ausencia del municipio para resolver este tema no se solucionan con un motocarro, se solucionan con educación y gestión. Si duda, pase por la esquina de Corrientes y Lucas Córdoba y vea la inoperancia expuesta en ese lugar. Basurero a cielo abierto, los que limpian el lugar semanalmente (creo) han hecho desaparecer el cordón y la vereda. Se puede ser descuidado, pero a ningún funcionario se le puede escapar que el patrimonio hay que conservarlo. Vivimos en la mugre y nadie sabe cómo mejorar, pero es fácil, con educación y gestión ciudades como por ejemplo Las Termas, Córdoba, San Luis y otras tantas han salido adelante y mejoran día a día. Tucumán retrocede permanentemente.

Rubén Quintans

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El padre Molina

Deseo manifestar mis pensamientos con respecto al padre Molina, titular de la Sedronar, quien hace poco nos visitó. Al respecto debo decir, con mucho respeto, que me opongo a que el padre Molina, en su condición de sacerdote católico, ocupe un cargo público, simplemente porque no está preparado para tamaña responsabilidad y no dudo que sí está preparado para otra responsabilidad mucho mayor que la que ocupa dentro del Gobierno Nacional, como lo es la de ser sacerdote ordenado por la Iglesia Católica Apostólica Romana. Esta sufre la falta de sacerdotes, razón por la que se piden oraciones para que haya más vocaciones sacerdotales y resulta que un sacerdote decide dejar de cumplir su misión por la que juró obediencia a la Iglesia y se pasó a formar filas en el Gobierno Nacional, que le debe obediencia a la señora Presidenta de la Nación. Esto, en la práctica, provocó un conflicto entre el Estado nacional que a través del padre Molina propone despenalizar el consumo de drogas y la Iglesia Católica y otros credos, que se oponen. Entonces me pregunto a quién está realmente obedeciendo el padre Molina. Debería, en todo caso, desde mi punto de vista, optar por ser funcionario del Gobierno Nacional como cualquier ciudadano o ser sacerdote. Si elige lo primero debería renunciar como sacerdote, así como muchos lo han hecho y recién entonces, desde afuera, tirar cascotazos como también lo hacen otros ex sacerdotes. Evitaría de esa forma, servir a dos dioses, porque adorará a uno y odiará a otro, enseña nuestro Señor Jesús en los Santos Evangelios. Le pido al padre Molina que opte por continuar como sacerdote y que regrese al ejercicio de su vocación porque nos hace mucha falta. Incluso declaró públicamente que le cuesta mucho ingresar a lugares donde es recibido con aplausos, y eso ocurre porque él mejor que nadie sabe que el ensalzamiento es nefasto para las personas; entonces, renunciando a su cargo público, evitaría esta tentación y estoy seguro que muchas otras que seguramente está viviendo. Por último, no me imagino a nuestro Señor Jesús ocupando cargos públicos en el gobierno del Imperio Romano.

Pedro Isaac Pabón

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Caps de Las Cejas

Muchas veces he escuchado a los gobernantes actuales llenarse la boca y decir que la salud en la provincia está muy bien. Lo invito, señor Gobernador, a que venga a ver si en el Caps de Las Cejas existen por lo menos los insumos mínimos necesarios para que la población pueda ser atendida. No se imagina el Gobernador, porque seguramente no le informan, que los pobladores de Las Cejas día a día van quedando sin dientes. Sí, como leen: van quedando sin dientes, porque no hay compresor, agujas, jeringas, gasa, ni anestesia. Cuando se requiere hacer un arreglo odontológico, la gente tiene que comprar la anestesia para que le saquen las muelas y los dientes. No tiene derecho a gozar de una salud bucal adecuada. Son directamente discriminados. Y esto, sólo para comenzar. Venga a Las Cejas y verá con sus propios ojos la falta de insumos y recursos humanos que sufrimos en esta olvidada población del este tucumano.

Patricia del Carmen Jaime

9 de julio s/ n Las Cejas


Libre mercado y Estado

Además de la violencia de los 70, otro de los grandes debates que ha impuesto este gobierno es aquel sobre el antagonismo entre el libre mercado y la intervención estatal. Por naturaleza de temperamento, los argentinos no tenemos término medio casi en nada. Y de acuerdo a esta premisa, se observa que nuestros fosilizados socialistas-comunistas no terminan de convencerse de que una economía exclusivamente planificada y conducida por el Estado, con el tiempo termina en un fracaso, máxime si se trata de un Estado corrupto, ineficiente, asesino u oligárquico, y la debacle de la ex Unión Soviética es tan sólo uno de varios ejemplos. Por otro lado, nuestros proclamados liberales no terminan de convencerse (o quizás, por conveniencia, no quieren hacerlo) de que el mercado, librado a su exclusiva autorregulación, también conduce a desastres que nosotros, los argentinos, ya tuvimos la mala experiencia de padecer. Los apologistas de esta alegre desregulación son aquellos que piensan que la mítica “mano invisible” de Adam Smith lo regula todo para el bien; aunque en lo personal, yo le creo más a la “mano de Dios” de Maradona que, al menos, les metió un gol avivado a los Ingleses y nos hizo sonreír. Curiosamente, estos mismos apologistas como por ejemplo, el señor Mauricio Macri, y todos los personajes que piensan como él, tienen el descaro de hablar pestes contra el Estado como si le tuvieran un trauma. Por supuesto, esto sólo ocurre cuando sus negocios les salen redondos. Pero cuando se ven acorralados por grandes deudas ¿a quién las transfieren?... al Estado al que tanto critican; o sea, a nosotros que, de nuestros bolsillos, tenemos que pagarles sus inescrupulosos endeudamientos, algo que Domingo Cavallo, el gran estatizador de deudas privadas, lo sabe muy bien. ¿Conclusión? Estos liberales lo único que socializan son sus pérdidas. Pero no se crea que estas picardías las padecemos sólo nosotros. Nuestro eminente filósofo, Mario Bunge, nos cuenta que, cuando se anunció la gran crisis global del 2008 con epicentro en los EEUU, los presidentes Bush y Sarkozy, y los primeros ministros Brown y Merkel anunciaron el fin del “laisser faire”, y el comienzo de una política de salvamento que consistía en sonsacarle el dinero a los pobres contribuyentes para dárselos a manos llenas a las grandes corporaciones en peligro de bancarrota para salvar el sistema; y el superbanquero Alan Greenspan se declaró muy sorprendido porque, según su seudofilósofa pop, Ayn Rand, el capitalismo es el orden social natural ya que responde al egoísmo propio de la naturaleza humana. El objetivo de lo que acabo de exponer es demostrar que, en una economía sana debe coexistir un sano equilibrio entre la iniciativa privada que produce la riqueza, y una razonable regulación de un Estado bien constituido para evitar los abusos de su concentración en pocas manos. Hasta un liberal tan inteligente, acérrimo anticomunista además de un gigante del pensamiento como Karl Popper, en su gran libro “La sociedad abierta y sus enemigos”, lo dijo mejor que nadie por medio de estos razonamientos: “el liberalismo y la intervención estatal no se excluyen... no hay libertad posible si no se halla garantizada por el Estado”. “La libertad económica ilimitada puede resultar tan injusta (...) y le corresponde al Estado proteger a los económicamente débiles de los económicamente fuertes”... Que quede claro, esto no lo dijo ni Fidel Castro ni el Che Guevara, lo dijo un liberal con mayúsculas. Entonces, señores liberales argentinos, aunque nunca lo confiesen abiertamente, dejen ya de andar ahí añorando un anarcocapitalismo que sólo los beneficia a ustedes.

Leandro Luis Cruz

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Un billón de pesos

Hemos alcanzado la meta más alta de recaudaciones impositivas nacionales, sólo nacionales. En ella están las retenciones que hace una década, no implican sólo regular el comercio exterior, sino que se trata de meras recaudaciones sin coparticipación. Además, se engloba en ese billón recaudado, el impuesto al valor agregado, ganancias, débitos y créditos, a los bienes personales y otros impuestos internos. Y por otra parte cada provincia cobra los impuestos a los ingresos brutos, a las propiedades y otros impuestos. Además están las cargas impositivas de municipalidades y comunas. Es decir que por lo menos, existe la capacidad contributiva de otro billón de pesos entre lo considerado provincial, y no nacional. Que es coparticipativo o no, existe la definición en una nebulosa por la que no se logra ver el final. El resultado de estas divagaciones nos da una nación Argentina capaz de producir por lo menos dos billones en blanco. Esto implica una riqueza existente sin duda alguna. Y la reflexión viene seguida para preguntarnos por qué tantas familias viven hacinadas en villas de emergencia. Que no están ocultas, sino a la vera de barrios privados, ciudades que crecen en rascacielos enormes, a la par de automóviles importados de gran valor, todo en una confrontación inexplicable para un país con tamaña riqueza aportada por sus habitantes con las imposiciones impositivas. ¿Cuáles son los verdaderos problemas para que existan tantas instituciones de bien público dando comida, vestimentas, medicina, o maestras que eviten los desmayos de pequeños por falta de alimentación adecuada? La pregunta es: si tenemos gobernantes no bien pagados, sino muy bien pagados, ¿por qué existen tantas faltas? ¿Por qué no se planifican las enormes obras necesarias para dar trabajo legítimo a millones? ¿Dónde se canalizan tantos recursos extraídos de la población?

Carmelo J. Felice

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Falta de agua en Tafí Viejo

Quisiera hacer llegar mi quejasy de los vecinos que habitamos en el Barrio Villa Mitre,Barrio Orlandi (Zona Norte),por la falta de agua constante que estamos sufriendo por más de 10 años. Nos cortan el agua todos los dias entre 12 y 24 hs.y cuando nos largan el líquido llega con muy baja presion, sin poder llenar los tanques y/o cisternas. Estos últimos dìas (11, 12 y 13 de diciembre) no tuvimos agua en todo el día. Quiero aclarar que en los barrios nuevos, countries o sectores de la Villa Obrera, donde obtienen los votos nuestros representantes, cuentan todos los días con agua, pues observo que tienen para lavar las veredas, los autos y para regar sus plantas, mientras que nosotros no podemos juntar agua para sastifacer nuestras necesidades mínimas como cocinar, lavar las ropas y el aseo personal. Mi madre ni bien cobra su pensiÓn abona la factura de la SAT en tiempo y forma (le cobran un servicio que no existe), pero no tiene aguas. Tras varios reclamos de los vecinos a la SAT y a nuestro intendente, el señor Pucharras, nos responden que se rompen las cañerías principales porque son viejas y se roban o se rompen las bombas de los pozos. El intendente nos dice que se hizo muchas inversiones en la red potable, cosa que nunca apareció por nuestros barrios, pero el agua corre por calles Yrigoyen, Cochabamba y Reconquista y a nuestras casas no llega. También quiero preguntar para qué tenemos una oficina del SAT en Tafí Viejo, si no nos da ninguna solución; de hecho jamás se volvió a ver personal de la SAT haciendo una reparación desde que se fue Agua del Aconquija y se molestan cuando lo vecinos les hacemos llegar nuestros reclamos.

Ignacio Sableski

Chacabuco 786 Tafí Viejo


Berlín

Me resultó interesante la carta de Antonio Rosello referida a Berlín (14/12) y quiero agregar algunas curiosidades, al menos para mí, de la ciudad. Las veredas de pleno centro tienen sendas para bicicletas que son transitadas sin problemas y sin molestias de los transeúntes. Para movilizarse en los servicios públicos, con un estricto cumplimiento en los horarios, se paga un abono de duración variable (diario, semanal, mensual) que permite utilizar todos los medios de transporte (ómnibus, tranvías, trenes, subtes). En este último, uno se lleva la sorpresa de ascender a los coches sin necesidad de pasar por molinetes que lo habiliten. Los ómnibus, impecables en cuanto a limpieza, se inclinan lateralmente al estacionarse para quedar su interior a la misma altura del cordón y permitir el ingreso de coches de bebés o discapacitados o ¡de perros! con su respectivo bozal. Sería bueno ver algún día estas realidades en Tucumán. ¿O me ilusiono demasiado?

Julio Tomás

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Roosevelt y Pearl Harbor

Que el lector Iriarte diga una cosa por otra logró superar el aburrimiento que ya me provocó el debate sobre este tema. No soy yo quien coloca a Roosevelt en un pináculo de admiración como presidente de los Estados Unidos junto a Reagan y Kennedy. Es el propio pueblo norteamericano. Así lo dije en mi carta del 12/12: “...el presidente más admirado de la historia estadounidense, junto a Reagan y Kennedy”, no quiere decir que yo lo admire (a Reagan, queda claro). Consulte cualquier encuesta de opinión sobre el tema y verá que Reagan es el presidente de los Estados Unidos más admirado por su pueblo. ¿A Ud. no le gusta? A mí tampoco, pero esa es la opinión de esa gente y tendrán sus razones. Mire lo que le digo... por encima de Lincoln, Jefferson y Washington, entre 43 personalidades que ocuparon esa primera magistratura, muchos con altura de estadistas admirables. Esto dicho para significar cómo puede estar tan engañado como Iriarte el pueblo de los Estados Unidos que admira al presidente que pudo evitar el desastre de Pearl Harbor y, a sabiendas, no lo hizo, por -según Iriarte- un cálculo mezquino para ganar la elección de 1940. Roosevelt en su segundo mandato ya había dado muestras evidentes de velar sus armas contra el Japón y -repito- promulgado la primera ley de servicio militar obligatorio de los Estados Unidos. No obstante todas esas señales aplastó al candidato republicano Wendell L. Willkie por 449 electores a 82. No sé de qué temeraria fuente Iriarte extrajo el texto de ese mensaje que según él Roosevelt leyó y nadie más: “ Podemos decírselo, la hora H ha sido fijada para el 7 de diciembre, al amanecer... será en Pearl Harbor”. Increíble, repito. Si algún militar japonés escribió eso dirigido a sus diplomáticos en Washington, sabiendo que los norteamericanos ya conocían sus claves, era para formarle Consejo de Guerra por develar de manera tan burda el lugar y momento en que darían semejante golpe y, si -reitero- Roosevelt lo sabía, era para que los norteamericanos no lo tengan en la altísima consideración que hoy siguen teniéndole, habiendo pasado más de 70 años. Si Iriarte sustenta su teoría en creer en la veracidad de ese mensaje, carente -reitero- de todo estilo militar, que más bien parece el anuncio de la inauguración de una peluquería de señoras, no de una de las más importantes, por sus efectos, operaciones de la Segunda Guerra será tal vez porque es capaz de creer cosas increíbles y dar fe a fuentes poco rigurosas y serias. Tal vez Iriarte no se haya aburrido ya de este debate; yo sí. Mi propósito -reitero- era sólo recordar que la guerra en el Pacífico que terminó con dos bombas atómicas comenzó con el expansionismo criminal y esclavizante del Japón. Si sirvió como él dice para, al menos despertar curiosidad en los lectores del diario, me alegra haber servido para algo.

Victor J. Chocobar

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Oferta de premios

Principalmente en la televisión pero también en otros medios, hay una catarata de ofertas de premios, tanto en dinero como en viajes, descuentos especiales y otros beneficios, que se consiguen llamando a algún número, enviando datos por mail, etcétera. Mi pregunta de hace mucho tiempo, es si hay alguien (escribano por ejemplo) o algún ente (oficial o no) que “controle” este “sistema”... Y la pregunta es porque no conozco “ningún pariente, amigo, amigo de amigo y amigo o conocido de amigo-amigo que haya gozado alguna vez de estos premios o que haya escuchado de que alguien los haya obtenido.... No somos más de 40 millones (y no todos participan)... ¡alguien tiene que haber! Mi reflexión filosófica es que, una vez más la Argentina da para mucho.

Rafael Herbst

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