Botas, mochila, corticoides y aislante térmico

El equipamiento variará según la actividad que el binomio hombre-animal esté por encarar. Si la misión es completar el recorrido de una carrera de aventura, tanto Martín Páez Iglesias como Koch llevarán la menor cantidad de elementos, porque el objetivo es correr lo más livianos posible. Pero para conquistar la cima de algún cerro, el ovejero alemán cargará todo lo necesario para garantizar su seguridad: llevará su bolsa para transportar agua con su correspondiente manguera. El alimento, desde luego. También su aislante térmico para que el reposo sea lo más placentero posible. Al igual que su amo, llevará una dosis de un corticoide de alto espectro por si a miles de metros sobre el nivel del mar los pulmones empiezan a funcionar mal.

El perro también tiene un abrigo especialmente diseñado por Natalia, la esposa de Martín. Es un chaleco de polar que lleva su nombre. Pero lo que más llama la atención de toda la indumentaria son las cuatro botas. “Intentamos hacer cumbre en el cerro Acay, de Salta. Koch se quemó las patas por el hielo”, explicó Páez Iglesias. La alarma se encendió y el dueño del ovejero consideró el hecho como inaceptable. Así es que consiguió botas especiales para perros que deben lidiar con el hielo y la nieve.

Estas piezas no sólo protegen al perro de las temperaturas extremas, sino que también le brindan tracción en cualquier superficie.