En el comercio hay una fiebre por el aire acondicionado

En el comercio hay una fiebre por el aire acondicionado

En los comercios aseguran que se están vendiendo equipos masivamente. Precios por las nubes

“NO DA PARA MÁS”. Juan Carlos Quipildor se decidió y compró un equipo de 3.000 frifgorías para llevarse a Leales, donde vive. “NO DA PARA MÁS”. Juan Carlos Quipildor se decidió y compró un equipo de 3.000 frifgorías para llevarse a Leales, donde vive.
30 Octubre 2014
Ni licuadoras, ni televisores, ni mucho menos planchas. Durante estos días los equipos de aire acondicionado lideran las ventas en los negocios de electrodomésticos, pintando un paisaje que suele verse normalmente a fines de noviembre y principios de diciembre. A pesar de que estos equipos aumentaron el precio hasta un 50% más respecto del año pasado, el público junta las monedas, pone al límite las tarjetas de crédito y se lleva un aire a su casa. Por supuesto, la red de distribución eléctrica -y después el bolsillo, con la boleta de la luz- son los que padecen las consecuencias.

“Desde el jueves o viernes pasado la gente se está agolpando para comprar equipos de aire acondicionado y, en menor medida, ventiladores. De todos los que vienen a consultar, un 50% más o menos compra; buscan forma de pago, lo hacen en cuotas, se endeudan, pero los compran”, contó Germán Coronel, vendedor de una tienda de artículos para el hogar ubicada en calle Mendoza.

Según su apreciación, desde el año pasado el público se vuelca por el aire acondicionado antes que por el ventilador. “Es que ha dejado de ser un artículo de lujo y se ha convertido en uno de primera necesidad. Aunque cuesta ocho veces menos, en días tan calientes como los que tuvimos los que venimos teniendo el ventilador no alcanza, sino que se convierte en un complemento del aire”, explicó.

Claro que la diferencia no está sólo en el precio de compra, sino en el consumo energético. Mientras que un aire acondicionado de 3.000 frigorías y de máxima eficiencia energética (clase “A”) tiene una potencia de 1.090 watts (W), un ventilador industrial de pared tiene 280 W. Esa cifra, multiplicada por la cantidad de horas y días que está encendido da como resultado el consumo que se paga en la factura.

Según Coronel, los consumidores le prestan mucha atención a la eficiencia de los equipos, sabiendo que los de clase “A” son un poco más caros al momento de comprarlos pero que al final permiten ahorrar plata. Pero, como contrapartida, se eligen equipos cada vez más grandes.

“El de 3.000 frigorías sigue siendo el más vendido, pero últimamente la gente se estira un poco más y compra equipos de 4.500, 5.000 y 6.000 frigorías porque los más chicos ya no dan abasto. Hace varios años calculábamos 40 frigorías por metro cúbico, después 50 y ahora tenemos que calcular 60 frigorías por metro cúbico”, explicó. En estos momentos, en los locales céntricos escasean los equipos de 4.500 frigorías, y los vendedores estiman que tendrán en stock en un par de semanas.

“La gente salió desesperada a comprar aires acondicionados, aunque se espera vender todavía más el mes que viene. La inflación ha marcado aumentos de hasta 50% en el precio de los equipos, pero la gente los compra igual”, señaló un encargado de Castillo y estimó que se venden, en promedio, unos 250 aparatos por día. “El año pasado, un aire de 6.000 frigorías costaba unos $ 8.000, hoy, uno de 5.400 cuesta $ 15.459”, comparó.

Baja tensión

Los instaladores y reparadores de equipos de aire acondicionado ya están colocándose el traje para comenzar la temporada fuerte, que este año se adelantó con temperaturas de más de 40° en plena primavera. “Estamos trabajando muchísimo, principalmente en reparaciones y mantenimiento”, confió Luis Aguilar, técnico especialista en refrigeración. “Los equipos se echan a perder sobre todo los problemas de baja tensión generalizada debida al aumento del consumo energético. También hay gente precavida que le hace el mantenimiento anual para cuidar el aparato”, explicó.

En las esquinas del microcentro las cajas apiladas esperan ser cargadas en un vehículo y llevadas a las casas. La mayoría de ellas son de aires acondicionados, principalmente splits. Juan Carlos Quipildor, un canillita de Leales, fue uno de los miles de tucumanos que ayer se decidió y compró otro aire para su casa. “Me dijeron que si no traía un aire, mejor que no volviera. Y estaba para pensarlo...”, bromeó mientras hacía malabares para hacer entrar los dos cuerpos de su nuevo equipo de 3.000 frigorías en el baúl de un auto.

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