El sueño de los héroes *
14 Septiembre 2014
Por Juan Sasturain

Si son únicas novelas como Rayuela o Adán Buenosayres, El sueño de los héroes también lo es pero de forma menos aparatosa. Por el tipo de construcción y por sus cruces, habla de la singularidad de Bioy. A diferencia de sus novelas anteriores, la propuesta teórico fantástica no es la protagonista del relato. Hay personajes, amor, pasión atravesadas por lo fantástico.

En la segunda parte de la novela hay una repetición de hechos. Gauna va a buscar el pasado sin saber que lo que realmente está haciendo es construyéndolo. 

La formulación de Gauna es muy clara: se puede vivir de cualquier manera excepto con la sospecha de haber sido un cobarde.

* Fragmento de una entrevista de Tranquilo Producciones, que puede verse en www.lagaceta.com.ar



El coraje

Por Sergio Renán *

En un espacio costumbrista, la existencia de la anécdota central de El sueño de los héroes que hace a lo mágico, es el dato que la singulariza y en parte la constituye en una novela magistral.

El lago de Palermo tiene una importancia diversificada. Por un lado es un espacio que, desde lo visual, propone un mensaje diferente a lo urbano, propiciatorio de otra forma de magia. Y propone también la posibilidad de soledad, una soledad necesaria para que el destino se cumpla inexorablemente, para que el duelo entre Valerga y Gauna se produzca con la sola presencia de los compañeros de juerga. Dentro de la historia, un núcleo destinado al coraje supremo, en el caso del personaje de Gauna tiene un dato complementario. La certidumbre de que el duelo va a morir. Eso le da al coraje una dimensión moral mayor.

* Llevó al cine El sueño de los héroes.



Un escritor representado por su obra *

Por Pacho O’Donnell

Tenía las pautas asumidas de una clase social en la que las emociones se disimulan, en la que la ironía es un elemento fundamental, en la que la inteligencia y el ingenio se valoran. Pero nunca fue un tilingo. Siempre fue un hombre sensible y comprometido. Decía que su aspiración era ser campeón mundial de tenis.

Fue un escritor que fue representado  por su  obra. A diferencia de muchos otros, en un mundo tan mediático como el actual, que se destacan por el exceso de presencia y la falta de una obra. En Bioy ocurrió lo opuesto. El fue, esencialmente, su obra.

* Fragmento de una entrevista de Tranquilo Producciones que puede verse en www.lagaceta.com.ar


Borges *

Por Adolfo Bioy Casares

- Lunes 12 de mayo de 1986. Hoy hablé con Borges, que está en Ginebra. A eso de las nueve, cuando íbamos a tomar el desayuno, llamó al teléfono. Silvina atendió. Pronto comprendí que hablaba con María Kodama. Silvina le preguntó cuándo volvían: María no contestó a esa pregunta. Silvina habló también con Borges y volvió a preguntar: “¿Cuándo vuelven?”. Me dio el teléfono y hablé con María. Le comuniqué noticias de poca importancia sobre derechos de autor (una cortesía, para no hablar de temas patéticos). Me dijo que Borges no estaba muy bien, que oía mal, y que le hablara en voz alta. Apareció la voz de Borges y le pregunté cómo estaba. “Regular, no más”, respondió, “Estoy deseando verte”, le dije. Con una voz extraña, me contestó: “No voy a volver nunca más”. La comunicación se cortó. Silvina me dijo: “Estaba llorando”. Creo que sí. Creo que llamó para despedirse.

* Destino, 2006.


La invención de Morel

Por Adolfo Bioy Casares

Recorrí los estantes buscando ayuda para ciertas investigaciones que el proceso interrumpió y que en la soledad de la isla traté de continuar. Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia. Mi alma no ha pasado, aún a la imagen; si no, yo habría muerto, habría dejado de ver a Faustine, para estar con ella en una visión que nadie recogerá. 

* Losada, 1940.


La trama celeste *

Por Adolfo Bioy Casares

Ireneo y yo estábamos alejados por una mutua y consciente antipatía. Ahora, cuando nos encontramos, sentimos una gran dicha, una floración de nostalgias y de cordialidades, repetimos un breve diálogo con fervientes alusiones a una amistad y a un pasado imaginarios, y en seguida no sabemos qué decirnos. 
(...)
Habrá infinitos mundos idénticos, infinitos mundos ligeramente variados, infinitos mundos diferentes. Lo que ahora escribo en este calabozo del fuerte del Toro, lo he escrito y lo escribiré durante la eternidad, en una mesa, en un papel, en un calabozo, enteramente parecidos. En infinitos mundos mi situación será la misma, pero tal vez la causa de mi encierro gradualmente pierda su nobleza, hasta ser sórdida, y quizá mis líneas tengan, en otros mundos, la innegable superioridad de un adjetivo feliz. 

* Sur, 1948.

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