Por Juan Manuel Montero
31 Agosto 2014
Contá hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10… Listo. ¿Estás más tranquilo? Al menos eso me decían mis padres cuando perdía la chaveta, como todavía pasa mucho. El problema, y para llevarlo al plano general se consultó al microclima laboral, es que esos 10 segundos ya no alcanzan. ¿A cuánto lo elevamos? ¿A 100? ¿A 1.000?
Dicen los que la vieron que Relatos Salvajes, la aclamada película de Damián Szifrón, muestra in extremis esas reacciones que podemos llegar a tener cuando perdemos la cordura. Son seis historias de gente normal que, de golpe, caen bajo la emoción violenta y llevan sus límites más allá de lo que jamás pensaron. Algo así le pasa a Michael Douglas en Un día de furia. Si. Todo ficción, pero…
En las épocas que corren nuestra paciencia parece acotarse a diario. Vivimos indignados en un contexto, por razones harto conocidas, que no ayuda. Todo molesta y es muy difícil encontrar momentos de sosiego y esparcimiento. Tratamos de todas maneras de encontrarlos sobre todo en ámbitos familiares y de amigos. Como se dice, nuestro cable a tierra. Pero los cables pelados sigue allí, esperando que uno los toque.
Esta tendencia, incluso, conlleva “soluciones”... Muchos recomiendan el yoga. Al menos los testimonios indican que es una buena salida. O cualquier actividad que permita descargar tensiones. Pero (maldita conjunción) cuando terminamos de relajarnos debemos salir a enfrentar el mundo. Ese que nos espera amenazante en la puerta.
Allí, afuera, es donde debemos poner a prueba nuestro temple. No es fácil. Nadie dice que lo sea. Pero la Ley de la Selva es demasiado peligrosa para todos. Así que probemos otra vez. Tomemos aire, pensemos en algo lindo y contemos: 1, 2, 3, 4….
Dicen los que la vieron que Relatos Salvajes, la aclamada película de Damián Szifrón, muestra in extremis esas reacciones que podemos llegar a tener cuando perdemos la cordura. Son seis historias de gente normal que, de golpe, caen bajo la emoción violenta y llevan sus límites más allá de lo que jamás pensaron. Algo así le pasa a Michael Douglas en Un día de furia. Si. Todo ficción, pero…
En las épocas que corren nuestra paciencia parece acotarse a diario. Vivimos indignados en un contexto, por razones harto conocidas, que no ayuda. Todo molesta y es muy difícil encontrar momentos de sosiego y esparcimiento. Tratamos de todas maneras de encontrarlos sobre todo en ámbitos familiares y de amigos. Como se dice, nuestro cable a tierra. Pero los cables pelados sigue allí, esperando que uno los toque.
Esta tendencia, incluso, conlleva “soluciones”... Muchos recomiendan el yoga. Al menos los testimonios indican que es una buena salida. O cualquier actividad que permita descargar tensiones. Pero (maldita conjunción) cuando terminamos de relajarnos debemos salir a enfrentar el mundo. Ese que nos espera amenazante en la puerta.
Allí, afuera, es donde debemos poner a prueba nuestro temple. No es fácil. Nadie dice que lo sea. Pero la Ley de la Selva es demasiado peligrosa para todos. Así que probemos otra vez. Tomemos aire, pensemos en algo lindo y contemos: 1, 2, 3, 4….
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