Sandra Mihanovich: “Es triste quedar pegado en la historia”

Sandra Mihanovich: “Es triste quedar pegado en la historia”

La cantante admite que forma parte de un rock nostálgico, pero asegura que disfruta de la evolución y mira hacia adelante

EN LA REDACCIÓN. En 2013, Sandra Mihanovich vino a presentar “Vuelvo a estar con vos” y visitó LA GACETA. la gaceta / foto de franco vera (archivo) EN LA REDACCIÓN. En 2013, Sandra Mihanovich vino a presentar “Vuelvo a estar con vos” y visitó LA GACETA. la gaceta / foto de franco vera (archivo)
30 Agosto 2014
Es atrevida Sandra Mihanovich. Va a relativizar ella esta afirmación: dirá que en verdad no es tan así, que a lo largo de su vida solo ha hecho las cosas que sentía que debía hacer, como si esa fuera la ley universal, la normalidad absoluta. Se escudará en un contexto, en ciertas circunstancias que hicieron suponer su osadía; “no me considero una persona demasiado valiente”, argumentará. Pero la fuerza de su historia se impone sobre la coartada vana y ratifica lo que ella no dice: que el atrevimiento ha signado su vida y su arte. Desde aquella estrofa final de “La historia de nunca acabar” en la que canta su homosexualidad hasta aquel estadio Obras que llenó en 1982 sin saber que era la primera mujer en actuar allí. O su incursión periodística reciente, en la que desafió el fantasma y la obvia comparación con su mamá, Mónica Cahen D’Anvers.

Pero Mihanovich apenas se detiene en esos hitos y los nombra al pasar, como nombra por ejemplo que su carrera está ahora en transición y que un gran signo de pregunta le ocupa la cabeza porque a dos años de “Vuelvo a estar con vos”, su último disco, le cuesta decidir cómo enfocará el próximo. Pero lo dicho: es atrevida Sandra, y una transición no la estanca ni amedrenta. Mientras define la siguiente posta, recorre el país con un show que precisamente ha bautizado “Atreverse”.

“¿A qué deberíamos animarnos hoy? A hacer lo que se siente, a decir lo que se piensa, a crecer y manifestar diferencias sin pelearnos. En esta época los derechos civiles y humanos están mucho más claros y se respetan. Ya no hay dictadura que nos agobie, tenemos un montón de terreno ganado ante la ley y la posibilidad de manejarnos en igualdad de condiciones... ¡tenemos que atrevernos a estar bien! Por supuesto, esto no quiere decir que estemos en un momento idílico en el que no haya nada por mejorar o corregir, pero me parece que hemos avanzado bastante”, razona. Y agrega: “la música es una gran herramienta para fomentar esto de hacer lo que se siente”.

No son fortuitas las palabras de la artista. Ella misma ha contado varias veces cómo la música le prestó el disfraz para salirse de la timidez y de las represiones, y superar sus miedos (que, en principio, “eran muchísimos”). “Fui creciendo. Cuando uno verbaliza los miedos, empieza a conquistarlos y, sobre todo, a conocerlos, a enterarse cuáles son”, explica. ¿Y a qué le teme hoy Mihanovich? “Creo que el único miedo al que aún no le encuentro la vuelta es a la muerte. Tengo un montón de explicaciones hermosas para eso y estoy segura de que esta energía que somos se continúa. Pero hay algo muy carnal o humano que me mantiene ese temor”.

Rock nostálgico
Un miedo que decididamente no está ni contemplado por Mihanovich es el de quedar atrapada en la inmensa red de los artistas del recuerdo. Admite que forma parte del rock nostálgico, si acaso existiera esa categoría, pero de ninguna manera lo considera una contra. “Y sí -resuella-. A todos los artistas que tenemos más de 20 años con la música (¡yo ya voy a cumplir 40!) es indudable que la gente nos asocia con cuestiones nostálgicas, con el tiempo transcurrido. Lo interesante es la posibilidad de sumar la nostalgia al presente y al futuro, de tener una continuidad y no quedarse pegado en la historia. Lo vintage tiene un valor maravilloso, pero es medio triste quedarse encapsulado en eso. No es triste, en cambio, cuando se tiene una mirada hacia adelante”.

Pero Sandra -la atrevida, la clásica, la perenne- no es Sandra la nostálgica. “Disfruto con los cambios y con la evolución. Me gusta tratar de adaptarme a lo que siento que va sucediendo”, destaca. Y ante la pregunta de si le preocupa cautivar al público joven responde: “no especialmente, me gusta el vínculo auténtico. Las canciones que yo canto no son las de moda, pero una buena canción de amor le toca el corazón a un joven de hoy como le tocó al joven de hace 30 años. Cuando uno no está relacionado con la moda, tiene la tranquilidad y la seguridad de que está haciendo clásicos que van más allá del tiempo. Hoy lo que más me interesa es que tengo una sensación maravillosa de libertad: haber estado el lunes haciendo un homenaje a Eladia Blázquez en el Festival Internacional de Tango, para luego el sábado encontrarme con los tucumanos y al día siguiente venir a cantar al barrio de Liniers, convocada por una parroquia. Ese abanico grande de posibilidades me hace realmente feliz”.

Romper el molde
Ese abanico de Mihanovich se extendió tanto el año pasado que le permitió probar nuevos aires en el periodismo. Durante el segundo semestre de 2013, condujo y disfrutó “Soy lo que soy”, un ciclo de entrevistas de TN que mostraba a personajes “que se animaron a romper el molde”. “Eso fue extraordinario, algo que me gustaría repetir, aunque aparentemente TN no tenía presupuesto este año para ponerlo en el aire. Las reglas para las empresas de comunicaciones están cambiando y no se animan mucho a jugarse”, aventura.

Atenida a sus personalísimas reglas, Mihanovich en cambio no deja de jugársela. Desde ya se entusiasma con un espectáculo que hará a fines de octubre con su amigo (“casi hermano”) Alejandro Lerner, en el teatro Ópera; uno de los tantos shows con los que atravesará la transición. Transición que, asegura, se ajusta a lo profesional y no toca lo personal. “Sigo viviendo una vida muy linda con mi familia, mi gente y mi pareja. Mi vida personal está muy... muy tranquilita”, se ríe Sandra, y en esa risa se escuchan los ecos de una mujer conforme con sus miedos, sus nostalgias y sus osadías.

ACTÚA HOY
• A las 22, en Casino Parque (Avenida Soldati 440).


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