Claves para prevenir infecciones en guarderías y centros infantiles

Claves para prevenir infecciones en guarderías y centros infantiles

Los especialistas ponen el acento en la limpieza y en la alimentación. El rol de los docentes es crucial. Favorecer la lactancia materna.

29 Julio 2014
¿Qué mamá de estos tiempos no se ve obligada -por razones laborales- a dejar a su bebé o a sus niños pequeños en algún centro de cuidado infantil o guardería maternal? La mayoría. Lo hacen por necesidad y sabiendo que en estos establecimientos los lugares donde los pequeños juegan y comparten juguetes y alimentos son a menudo fuentes de contagio de virus y bacterias. Están más expuestos a las infecciones respiratorias y gastrointestinales por integrar justamente la población más vulnerable.

Por esta razón, la Fundación para la Salud Materno Infantil (Fundasamin) esta realizando un ciclo de capacitación gratuito, con apoyo de Nutricia-Bagó, destinado a docentes y personal que trabaja en centros de cuidado infantil. El fin es que los establecimientos implementen medidas que prevengan la transmisión de infecciones.

La pediatra doctora María Elina Serra, investigadora de Fundasamin, sostiene que en los niños que concurren a jardines maternales “la probabilidad de contraer una enfermedad infecciosa aumenta por la mayor exposición a patógenos, al contacto frecuente y cercano con otros niños y a las limitaciones del cuidado de la higiene personal dadas por la edad. Estas infecciones son un problema, no solamente para quienes se enferman, sino también para sus familias”, advirtió.

Condiciona la salud
Cuidar a los niños en esta etapa tiene una importancia capital, puesto que la salud futura y el potencial físico e intelectual de una persona se condicionan notablemente durante los primeros mil días de vida, que van desde la gestación hasta los dos años de edad. Gran parte del desarrollo de la salud futura del bebé y del riesgo de enfermedad están determinados por factores ambientales (nutrición, cuidados de la salud, higiene, educación, estimulación cognitiva, entre otros factores). Los centros de cuidado infantil cumplen un rol esencial dentro de esos mil días porque con frecuencia los bebés y niños pequeños pasan mucho tiempo en ellos.

La nutrición
“En este período, la nutrición tiene un papel esencial, ya que allí comienzan a formarse los hábitos alimentarios. Más allá de la familia, es necesario que todas las personas que estén en contacto con los pequeños entiendan los beneficios de una alimentación adecuada y de fomentar buenos hábitos alimentarios”, señaló por su parte la licenciada en nutrición Gabriela Olagnero, que colabora con Fundasamin y además es docente en la Universidad Maimónides y en el Instituto de Ciencias de la Salud de la Fundación Barceló.

“Los docentes pueden y deben ejercer un rol crucial en este aspecto. Durante esta etapa, son tres las áreas fundamentales: a) lactancia materna, b) alimentación complementaria y c) alimentación luego del año de vida”, destacó la nutricionista.

La alimentación es también central en el caso de infecciones: por un lado, hay que favorecer la lactancia materna porque proporciona inmunidad al bebé; por el otro, manipular en forma correcta los alimentos, dado que gran cantidad de casos de infecciones gastrointestinales se debe a cortes en la cadena de frío, contaminación, higiene deficiente y otros problemas evitables. El lavado frecuente de manos antes y después de las comidas también es muy importante.

“Como conclusión, podemos decir que existen medidas simples que podrían aplicarse para evitar infecciones. Sin embargo, en nuestro país no hay guías o recomendaciones oficiales dirigidas al personal de jardines maternales. Por eso estamos capacitando al personal que trabaja en centros de cuidado infantil”, informó la doctora Serra.

Por consultas e inscripciones para recibir capacitación gratis, dirigirse a: [email protected]

NUTRICIÓN
Lactancia protectora

Los efectos de la leche materna han sido demostrados ampliamente. Es, sin dudas, el mejor alimento para los bebés. Entre sus beneficios, se encuentra el de ofrecer protección frente a infecciones. Los datos de un estudio observacional desarrollado en un jardín de la provincia de Buenos Aires, desde 2004 hasta 2007 inclusive, mostró una tasa de ausentismo por enfermedad del 9,4% entre niños alimentados con lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad, frente al 21,5% de los niños alimentados con otras leches.

“A pesar de las limitaciones de este estudio, en todos los períodos anuales y en todas las edades, se mantuvo esta diferencia en beneficio de los bebés alimentados al seno materno”, explicó la pediatra doctora María Elina Serra.

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