Decime qué se siente
¡Esos días con música de vals! (♪  ♫  tarararará, tam tam) El cuerpo flota, la cabeza se distiende. ¿Problemas? Qué va a haber. Si hasta lo que siempre nos choca, en tales circunstancias nos resbala. Y se hacen un detalle, una anécdota. Días de cumbia (♪  ♫  chí chí chí chí chí chí ♩ ♬ ). Lo pesado se hace liviano, pies para aquí, y para allá; si algo te complica, que no se note. Los de samba, chacarera, salsa, merengue (♪  ♫  lalalalalalalá ♩♬ ), con sabor a frutas frescas, paisaje perfecto a la vista y la mejor compañía posible.

Si suena un bandoneón (♪  ♫  parapaparaparará ♩ ♬ ) y un tango atraviesa el aire de tus días, seguro que algo te empuja a la nostalgia, amores que están y que no, a recordar lo que alguna vez fue y hoy...

Si tus horas suenan como una balada, de esas que no podés sacarte de la cabeza, seguro que pasás por esos momentos que dejan marcas, con un rostro, una voz y un lugar en tu cerebro… Suena un saxo y sus sonidos te devuelven una noche con luces tenues, horizonte con niebla, tal vez una mesa para dos. Susurra un violín acordes de quién sabe cuándo y sentís como si, en eso que estás planeando nada puede salir mal.

Están los días con banda sonora de cine onda Psicosis, Kill Bill (y a caminar con pies de plomo, atención y tensión.) Pero también los de ¡rock and roll mi vida! Las horas con solos de guitarra, las de batería feroz, las de flauta dulce, las de una trompeta estridente, las de una cadencia de piano perfecto cual Rachmaninov. Y cómo no, las de un arpa, que melodiosa recrea por igual lo triste y lo sublime.

Creéme. Si hay música en tus días, sea la que sea, es que estás viviendo. Sólo decime qué se siente.

Temas Tucumán
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios