El boleto interurbano se pagaría desde junio con la Tarjeta Metropolitana

En 20 días comenzarían a vender los plásticos, que convivirán con Tarjeta Ciudadana.

QUE NO SE REPITA. La Tarjeta Ciudadana dejó un sabor amargo entre los pasajeros.  QUE NO SE REPITA. La Tarjeta Ciudadana dejó un sabor amargo entre los pasajeros.
27 Mayo 2014

Lo único que no quieren los usuarios de ómnibus interurbanos es más problemas. Algunos, incluso, están dispuestos a continuar sacrificando el vuelto (pocas veces los choferes cuentan con el cambio) si la implementación de la tarjeta magnética en el área metropolitana será tan enrevesada como fue la Tarjeta Ciudadana en la capital tucumana. De cualquier manera, en la calle ya se habla de que es inminente la modernización del cobro del boleto en las líneas que recorren el Gran San Miguel de Tucumán, aunque nadie puede precisar cuándo. Ni tampoco cómo.

“Es un hecho que sacaremos otra tarjeta, la Tarjeta Metropolitana, destinada a los usuarios de líneas interurbanas. Lo que falta definir es si las dos (la Metropolitana y la Ciudadana, usada en la capital) serán compatibles con todas las líneas”, explicó ayer Benjamín Nieva, secretario de Transporte de la Provincia.

El funcionario estimó que en 20 días aproximadamente comenzarán las pruebas en las unidades. “Hasta que el sistema esté perfectamente aceitado y los usuarios se acostumbren y tengan el plástico, van a convivir los dos sistemas: la tarjeta magnética y el pago en efectivo. No queremos repetir los mismos errores que se cometieron con la Tarjeta Ciudadana. Esa experiencia nos tiene que servir de aprendizaje”, señaló.

Desde la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor de Tucumán (Aetat) coinciden en la necesidad de no tropezar con la misma piedra que el municipio capitalino. Luis García, vicepresidente de la entidad, afirmó que están “muy avanzadas” las gestiones con la empresa ATOS, la misma que provee el servicio a la Municipalidad. “Esa compañía va a operar la parte técnica del sistema, y la parte contable la va a administrar una operadora constituida por las empresas”, explicó, aunque no se arriesgó a definir una fecha para la implementación. “Si tengo que arriesgar una fecha aproximada, sin que sea una palabra definitiva, puedo decir que a fines de junio empezarían a circular las nuevas tarjetas metropolitanas”, afirmó.

Según Nieva, los empresarios evalúan conformar una sociedad anónima para administrar el servicio, cuya pata operativa e informática estará a cargo de ATOS. A diferencia de la Municipalidad, que tiene trato directo con esa empresa, el interlocutor inmediato de la Provincia será esa sociedad. “Aún no han iniciado el trámite para la personería jurídica, pero manifestaron su voluntad de constituirla. Los empresarios prometieron, además, poner puestos móviles de venta y recarga de la nueva tarjeta para evitar las demoras que padecieron los usuarios de las líneas urbanas”, informó.

Hoy al mediodía habrá una reunión entre los empresarios, la empresa ATOS y las autoridades provinciales. En este encuentro se definirá si las dos tarjetas podrán ser usadas indistintamente en todas las líneas o, por el contrario, si estarán obligados a comprar, cargar y utilizar dos plásticos para moverse en un área de 114 km². “Nuestro objetivo es que a la Tarjeta Metropolitana también se pueda utilizar en los ómnibus urbanos y que a la Ciudadana también se la pueda usar en los interurbanos. Así, no va a ser necesario que los pasajeros que usen los dos servicios carguen con dos tarjetas. Queremos facilitarles el uso Pero eso todavía no está cerrado, porque tenemos unas pequeñas diferencias con el Gobierno provincial”, confesó García y adelantó además que la tarjeta recargable sería la primera variedad de la Metropolitana que llegaría a la calle.

Esperando el bondi

- El vuelto nunca llega.- En las paradas de ómnibus interurbanos repican los rumores: más temprano que tarde, las empresas dejarán de recibir dinero y se deberá pagar con la nueva Tarjeta Metropolitana. “Sería bueno que la implementaran porque los choferes nunca tienen vuelto y a veces se quedan con hasta $ 2. Pero no se puede decir nada”, se queja Rosa Gómez, de 30 años, vecina de San José (Yerba Buena ). Ella usa la línea 106 y el boleto le cuesta $ 3,90. “Si viajo con mi hijo pago $ 7,80. De los 20 centavos, olvidate, pero a veces también de los $ 2. Es mucho”, reniega.

Dos en una.- Florencia Romano también vive en San José pero usa dos ómnibus: el 106 y el 6. “Tengo la Tarjeta Ciudadana y se complica la recarga, porque en pocos quioscos la hacen. De todos modos, sería más fácil usar el mismo plástico en todas las líneas”, estimó la joven.

Mejor como estamos.- Isabel Díaz vive en la avenida Perón al 4.000, en Yerba Buena, y utiliza todos los días la línea 100. Todavía paga con efectivo y aunque admite que siempre hay problemas con el vuelto, prefiere que las cosas sigan como están. “Es un lío con esa tarjeta (se refiere a la Ciudadana). Nunca hay dónde recargarla y uno termina perdiendo más tiempo”, asegura. Una “vecina” de parada asiente con la cabeza: “yo uso el 118 y a las monedas de vuelto ya ni las pido. Pero la tarjeta magnética es para renegar. Una vez que la cargás sí, es mucho más cómodo, pero hay que conseguir donde”, dice Nora Santillán quien también usa algunas líneas urbanas.

Palabra de quiosquero.- Antonio Rodríguez tiene su quiosco en Santiago y Maipú y es uno de los pocos de la zona que recarga la Tarjeta Ciudadana. Según él, el sistema siempre anduvo bien, aunque ahora la gente está acostumbrada. Eso sí: recargan la plata justa. “Muy de vez en cuando llega alguien a cargar $ 100. Por lo general recargan $10 o $20 y eso hace que tengan que venir muchas veces”, analiza.

Que no se repita: La Tarjeta Ciudadana dejó un sabor amargo entre los pasajeros

Los usuarios de líneas interurbanas consultados por LA GACETA tienen miedo que el sistema de pago por tarjeta magnética genere los mismos inconvenientes que en el caso de las urbanos. Durante los primeros meses de este año, con la Tarjeta Ciudadana recién implementada en San Miguel de Tucumán, los problemas para conseguir los plásticos y recargarlos provocaron largas colas y mal humor entre los pasajeros. La Muñecas al 400, donde estaban las oficinas de ATOS, fue testigo de enojos y peleas.

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