Los 1.400 millones de retos de Bardón

Los 1.400 millones de retos de Bardón

El aire se corta con un cuchillo en Ayacucho 491. Hay mucho nervio. Aunque pasará desapercibida para el 99% de los tucumanos, la próxima semana será clave en la definición del tercer presupuesto de la provincia y de una de las partidas académicas más abultadas del país.

El jueves que viene asumirá la primera rectora de la Universidad Nacional de Tucumán en cien años: Alicia Bardón.

Lo hará con algunos miembros del gabinete del que ahora forma parte como vicerrectora investigados por hechos de corrupción, incluido el rector saliente, Juan Cerisola. El fiscal federal Carlos Brito solicitó la indagatoria de Cerisola, además de Juan Carlos Reimundín, ex secretario administrativo; Olga Graciela Cudmani, directora de la Dirección General de Construcciones Universitarias; Horacio Alfredo Lobo, arquitecto e inspector de obra, y Osvaldo Venturino, director de Inversiones y Contrataciones.

La más comprometida sería Cudmani, según la cantidad de veces que aparece su nombre en el expediente. Es la primera baja que se producirá en el nuevo gabinete de Bardón.

Liberarse del “lastre cerisolista” figura entre las prioridades de la mesa chica del nuevo gobierno universitario, empezando por los que tienen causas en la Justicia. Esto le quitará peso a un barco que zarpará hacia aguas muy agitadas. Bardón ya le hizo un guiño público a la Justicia para que avance con las investigaciones. Por elevación, también fue un gesto para un sector de la sociedad asqueado de la corrupción.

Son muchos los que quieren echar mano a un presupuesto de 1.400 millones de pesos, sobre todo a meses de que se inicie el año electoral que renovará gran parte de las autoridades del país y de la provincia. Habrá que ver si Bardón logra frenar o al menos menguar la sangría financiera que se produce en las arcas universitarias cada vez que hay elecciones.

Afirman que una de las primeras auditorías ordenadas por el bardonismo recaería sobre la imprenta de la UNT, donde además de votos se habrían impreso afiches, volantes y demás cotillón electoral.

La bioquímica ya tiene en sus manos un balance de gestión de los secretarios y subsecretarios de gobierno actuales. Al parecer, algunos tienen poco y nada para mostrar. Es el caso de los funcionarios impuestos por La Cámpora, Ricardo Zupán, subsecretario de Extensión Universitaria, y Rodrigo Alderete, subsecretario de Bienestar Universitario, que llegaron al rectorado prometiendo fondos frescos y protección judicial. El dinero que llegó fue bastante poco y Cerisola se acordó de ellos, a los gritos, cuando fue citado por el fiscal Brito.

En la lista de buena fe de los que podrían continuar sólo aparecen dos mujeres y ningún hombre, aunque el recambio completo no se haría la próxima semana, sino en forma paulatina. El “bardonismo” en sí mismo hoy no existe y la rectora debe construir poder antes de degollar a toda la rémora cerisolista. También habría degüello en casi todas las direcciones, comenzando por las de mayor exposición.

No es un secreto que el hombre fuerte detrás de todo este entramado se llama José Hugo Saab, el eterno ponedor de rectores. Saab debe muchos favores, fruto de las promesas de campaña, y ahora intentará imponer tropa propia en la mayor cantidad de puestos de poder clave dentro del nuevo gabinete. No sólo tiene que devolver atenciones: Saab siempre está dos pasos adelante y ya piensa en 2015. La incógnita es si trabajará para su amigo José Alperovich o si volverá a su primer amor, el radicalismo, y acompañará a José Cano. Bardón pretende sorprender con un gabinete académico-científico -cuyos nombres están muy “tapados”-, y no subordinado a intereses externos. Habrá que ver quién gana, la pelea recién comienza.

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