Ni siquiera con ordenanzas pueden mejorar el estado de las aceras

Ni siquiera con ordenanzas pueden mejorar el estado de las aceras

TROPEZÓN CANTADO. Descuidarse en una vereda rota es un peligro.  TROPEZÓN CANTADO. Descuidarse en una vereda rota es un peligro.
23 Abril 2014
Las veredas rotas suelen colarse con frecuencia en las sesiones del Concejo Deliberante de Concepción. Después de la falta de luces, las aceras destruidas están entre los principales motivos por los que los vecinos se quejan ante los ediles de La Perla del Sur.

Las veredas aparecieron este año desde la primera sesión ordinaria, el 20 de marzo. Ese día, los concejales aprobaron una ordenanza para que el Ejecutivo municipal exija al propietario de un inmueble que corrija la pendiente de la acera de su edificación. También se le solicitó que la vereda tenga un mínimo de 1,50 metros de ancho.

“El mal estado de muchas veredas es un problema grave que tenemos en Concepción. Las que tienen pendiente muy inclinada son un verdadero peligro para las personas con discapacidades motrices”, expresó el concejal radical Eduardo Carrizo.

Pese a los proyectos que constantemente se aprueban para corregir las veredas de la Perla del Sur, no siempre cumplen con el objetivo. “La Municipalidad es la que tiene el poder de hacer cumplir estas normas. Durante muchos años el municipio se encargó de arreglar las aceras. El problema de fondo son los servicios públicos; hay tanta desinversión en las redes y cañerías que las roturas son constantes”, señaló el concejal.

Hay tres causas por las que las veredas se rompen. Se dañan por el uso, por la presión de las raíces de un árbol o porque una empresa de servicios públicos (luz, gas, agua o electricidad) tiene que hacer una reparación, sea de urgencia o programada, rompe la vereda. También están los caños rotos, sean de desagüe o los que traen el agua potable a nuestras casas. Cuando se pinchan, de apoco van estropeando las veredas. También están los plomeros y otros “arreglatutti” que destruyen aceras enteras para cambiar el cuerito de una canilla que gotea o para abrir un cantero para rosas.

A la hora de nombrar quién se hace cargo de las roturas, la abogada Cecilia Guillén prefiere hablar de responsabilidades compartidas. “Los propietarios tienen la obligación de mantener en buen estado sus veredas, pero también el municipio es responsable de hacer respetar que se cumpla con esa obligación”, señala la letrada. Después de sufrir un accidente en una acera rota, Guillén podría haber demandado a la Municipalidad, o al menos haber presentado una queja. Pero prefirió no hacerlo.

Antecedentes sobran. La Justicia nacional ya ha determinado en varios casos que las Municipalidad es tienen poder de policía para asegurar que las veredas estén aptas para caminar y, por lo tanto, son responsables si no lo están.

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