Los depredadores han vuelto al ingenio Santa Ana y ahora lo están destechando

Los depredadores han vuelto al ingenio Santa Ana y ahora lo están destechando

El dirigente José Roberto Herrera denuncia que desconocidos han comenzado a destechar y sacar ladrillos desde un galpón en ruinas

TRISTE POSTAL. Poco queda como testimonio de aquel magnífico ingenio azucarero que supo ser un orgullo para los vecinos del sur tucumano. Hoy, la constante irrupción de ladrones redujo su vieja gloria a unas ruinas. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll TRISTE POSTAL. Poco queda como testimonio de aquel magnífico ingenio azucarero que supo ser un orgullo para los vecinos del sur tucumano. Hoy, la constante irrupción de ladrones redujo su vieja gloria a unas ruinas. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll
21 Abril 2014
Hace tiempo los vecinos de la localidad de Santa Ana soñaron con transformar la enorme infraestructura del ex ingenio del lugar en un atractivo turístico. Es que veían en esa gigante mole de cemento un valioso testimonio histórico de lo que fue la fábrica azucarera más grande de Sudamérica.

Sin embargo, esa aspiración se fue desvaneciendo y, con total impunidad, desconocidos se encargaron de ir desmantelándola de a poco. La planta industrial fue inaugurada en 1898 por la firma Hileret y Cia y, hasta su cierre definitivo en 1969, generó un gran impulso para la economía de la zona.

Sin embargo a los ladrones no les interesó ese glorioso pasado y apenas dejaron en pie el galpón de 400m2. En este mismo espacio un grupo de pobladores planificó llevar adelante algunos proyectos productivos. Pero otra vez, los amigos de lo ajeno aparecieron en escena para arremeter contra lo poco que queda del ex ingenio.

José Roberto Herrera, de la Asociación de Pymes del sur de la provincia, denunció que desconocidos ya comenzaron a destechar y sacar ladrillos desde el inmueble en cuestión. “Se están borrando los últimos vestigios del ingenio. Es una pena porque si hubiera habido una decisión política todo el edificio tendría que haber sido utilizado con distintos fines. Pero se lo dejó en manos de los ladrones”, lamentó el dirigente. Herrera formalizó una denuncia sobre el desmantelamiento del galpón ante la comisaría local. En principio le dijeron que los materiales extraídos estaban destinados a una presunta ONG. Pero no le pudieron precisar de qué organización se trataba. “En el caso tiene que intervenir la justicia porque otra vez en este hecho hay cosas turbias. Se trata de un bien comunitario del que nadie puede disponer de él a su antojo”, planteó.

Antonio Pérez, vecino del lugar, recordó que el desmantelamiento del sector principal de la fábrica costó la vida de un joven que extraía una chapa del techo. A pesar de lo sucedido dijo que nadie hizo nada para detener ese arrebato. “Al parecer muchos ven al edificio como un resto maldito al que hay que hacer desaparecer. Sin embargo si se lo hubiera aprovechado con otros fines productivos y turísticos se hubiera compensado en parte el duro impacto que tuvo su cierre en la población”, apuntó el hombre.

Además del sector industrial, la empresa disponía a su alrededor de distintos espacios administrativos, de viviendas de los propietarios y otras dependencias que se intercomunicaban mediante túneles ahora tapados por escombros. Desde el ingenio también salía un túnel por el que se trasladaban todos los desechos industriales. “Da tristeza ver como quedó todo esto. Parece que hubiera habido un bombardeo. Es un verdadero símbolo de la postración de este pueblo”, concluyó Herrera.

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