Los casos de hostigamiento escolar

Los casos de hostigamiento escolar

08 Septiembre 2013
Discriminación, intolerancia e indiferencia son algunos de sus componentes. La violencia tiene muchos rostros y matices y se ha instalado desde hace tiempo en el ámbito educativo. El lunes pasado en una escuela técnica, un episodio convulsionó a la comunidad. Un alumno de 13 años llevó un arma, con la intención de amedrentar a los compañeros que lo molestaban en forma sistemática, de acuerdo con la denuncia policía. Los alumnos y docentes les dijeron a las autoridades del Ministerio de Educación que desconocía que existiera una caso de hostigamiento, mientras que los progenitores dijeron que no sabían lo que su hijo sufría. El revólver que tenía en su mochila no estaba cargado.

Esta forma de agresión o acoso, también conocida como bullying, suele salir a la luz en forma esporádica, sin embargo, los especialistas señalan que es frecuente. Algunos de sus compañeros describieron al adolescente como estudioso, tranquilo y no conflictivo. Otros dijeron que un chico de 9° grado lo hostigaba desde hacía un tiempo. "Llevar un arma a la escuela es un pedido de ayuda. Este chico está queriendo decir algo y el adulto debe leer la situación", afirmó una doctora en Psicología.

En este tipo de intimidación, el hostigador mantiene el poder y el control sobre la víctima y parte de los compañeros que apoyan la agresión con burlas, insultos o golpes. La víctima funciona como chivo expiatorio del grupo, y el resto de los compañeros contemplan la escena de agresión y callan. Según la especialista mexicana, Sylvia London, el agresor sólo acosa porque está buscando un lugar en el grupo, no porque quiera dañar a la víctima, aunque la dañe tanto física, como social y emocionalmente. "Son niños que no tienen otras habilidades sociales, entonces intimidan para ser admirados como un héroe. La víctima es sólo un pretexto, un trampolín para conseguir y conservar un lugar en el grupo. En este esquema, el victimario es, en realidad, otra víctima de un modelo social que lo lleva a actuar de esa manera. Por eso decimos que se trata de un fenómeno social y que implica a toda la sociedad", dijo.

El Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina difundió un relevamiento que indica que uno de cada cuatro alumnos, de entre 10 y 18 años, le teme a alguno de sus compañeros. El 46% padece violencia indirecta a veces, y el 11%, mucho y de modo constante. En el secundario, el acoso es indirecto: murmuraciones, amenazas, robos, insultos, rechazo social y aislamiento. El 32% dijo sufrir a veces agresiones físicas y el 62% violencia verbal. El sondeo indicó que maestros y padres son los últimos en enterarse del problema y que el 57% de los niños se calla y del resto, el 70% les cuenta a sus amigos, luego a los padres y finalmente al docente.

Los niños y jóvenes son el reflejo de la educación que reciben en el hogar como en el ámbito educativo y de lo que consumen a través de los medios de comunicación y de internet. El mejor modo de enfrentar este problema social es aceptar que existe y que es frecuente y alentar a los docentes a que denuncien estos casos para que puedan ser tratados por especialistas a la brevedad. Desde el año pasado, sigue en estudio en la Legislatura un proyecto para crear el Programa Provincial contra el Acoso Escolar.

Sería interesante, por ejemplo, que se impulsara la enseñanza de la mediación escolar, que es una herramienta valiosa para promover el diálogo y zanjar conflictos. Se debería formar en este sentido a alumnos y docentes, e involucrar a los padres en el hecho educativo. No se debe esperar que ocurran los acontecimientos para reaccionar por aquello de que "es mejor prevenir que curar".

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