05 Diciembre 2012
BUENOS AIRES.- La Iglesia Católica bajó la tensión con el Gobierno por el crítico documento en el que advertía sobre divisiones "irreconciliables" en la sociedad y consideró "positivo" que la presidenta, Cristina Fernández, haya respondido con celeridad al pedido de audiencia de la cúpula episcopal que encabeza monseñor José María Arancedo.
"No creo que haya que darle al tema ningún significado político contra el Gobierno, no es una crítica a nadie en particular, fue dirigido a la sociedad en su conjunto", dijo el vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, sacerdote Jorge Oesterheld. "Los obispos expresaron que existen divisiones importantes en la sociedad, por lo que hay que evitar que se conviertan en divisiones irreconciliables", puntualizó.
El portavoz destacó la "rápida respuesta" al pedido de audiencia formulado por la mesa ejecutiva y recordó que quedó confirmada y agendada para el 18 de diciembre. "Los argentinos tenemos que vivir lo más en paz que podamos. El esfuerzo tiene que estar puesto en solucionar los conflictos", aseguró.
Oesterheld hizo estas precisiones en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro, donde hasta hoy se reúne la comisión permanente del Episcopado, que integra una veintena de obispos.
La relación entre el Gobierno y la Iglesia volvió a tensarse tras la difusión del pronunciamiento, en el que se advertía sobre posibles divisiones en "bandos irreconciliables" y se criticaban los "excesivos caudillismos" y la falta de independencia de los poderes del Estado.
El kirchnerismo ignoró en principio el documento y luego lo minimizó al vincularlo con el 7 de diciembre, la fecha que el Gobierno considera tope para la puja judicial por la Ley de Medios Audiovisuales. El vicepresidente, Amado Boudou, aseguró que lo que dijo la Iglesia "no le importa a nadie", y el senador Aníbal Fernández consideró que el documento eclesiástico incluyó "un montón de verdades de Perogrullo".
La 163° reunión de la comisión permanente comenzó sus deliberaciones con un "intercambio pastoral" y prosiguió con un temario que pone el acento en cuestiones internas de la Iglesia. En este marco, unos 20 obispos analizaron las acciones regionales y diocesanas a llevar a cabo con motivo del Año de la Fe que el papa Benedicto XVI abrió el 11 de octubre, y comenzaron a preparar el Congreso Eucarístico Nacional 2016. (DyN)
"No creo que haya que darle al tema ningún significado político contra el Gobierno, no es una crítica a nadie en particular, fue dirigido a la sociedad en su conjunto", dijo el vocero de la Conferencia Episcopal Argentina, sacerdote Jorge Oesterheld. "Los obispos expresaron que existen divisiones importantes en la sociedad, por lo que hay que evitar que se conviertan en divisiones irreconciliables", puntualizó.
El portavoz destacó la "rápida respuesta" al pedido de audiencia formulado por la mesa ejecutiva y recordó que quedó confirmada y agendada para el 18 de diciembre. "Los argentinos tenemos que vivir lo más en paz que podamos. El esfuerzo tiene que estar puesto en solucionar los conflictos", aseguró.
Oesterheld hizo estas precisiones en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro, donde hasta hoy se reúne la comisión permanente del Episcopado, que integra una veintena de obispos.
La relación entre el Gobierno y la Iglesia volvió a tensarse tras la difusión del pronunciamiento, en el que se advertía sobre posibles divisiones en "bandos irreconciliables" y se criticaban los "excesivos caudillismos" y la falta de independencia de los poderes del Estado.
El kirchnerismo ignoró en principio el documento y luego lo minimizó al vincularlo con el 7 de diciembre, la fecha que el Gobierno considera tope para la puja judicial por la Ley de Medios Audiovisuales. El vicepresidente, Amado Boudou, aseguró que lo que dijo la Iglesia "no le importa a nadie", y el senador Aníbal Fernández consideró que el documento eclesiástico incluyó "un montón de verdades de Perogrullo".
La 163° reunión de la comisión permanente comenzó sus deliberaciones con un "intercambio pastoral" y prosiguió con un temario que pone el acento en cuestiones internas de la Iglesia. En este marco, unos 20 obispos analizaron las acciones regionales y diocesanas a llevar a cabo con motivo del Año de la Fe que el papa Benedicto XVI abrió el 11 de octubre, y comenzaron a preparar el Congreso Eucarístico Nacional 2016. (DyN)
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