Un bombero vendía rifas y lo atacaron dos pitbull

Un bombero vendía rifas y lo atacaron dos pitbull

En una casa de Inca Garcilaso al 1.200, los animales aprovecharon que estaba abierto el portón y le destrozaron la cara y una pierna. Roberto Molina se refugió en una casa vecina, cuando pudo escapar de los canes. Luego se desvaneció y fue trasladado al Padilla

INTRANQUILIDAD. En Inca Garcilazo al 1.200, donde hay muchos perros en la calle, los vecinos temen que los perros Pitbull puedan cometer otro ataque. INTRANQUILIDAD. En Inca Garcilazo al 1.200, donde hay muchos perros en la calle, los vecinos temen que los perros Pitbull puedan cometer otro ataque.
24 Noviembre 2012
En Inca Garcilaso al 1.200, los perros dominan el paisaje. Los ladridos de los animales se mezclan con el griterío de los chicos y con la música que sale de algunas casas. En casi todas las viviendas, hay al menos un can acostado al lado de la puerta.

Pero ayer, la noticia la dieron dos animales de raza que no suelen salir a la calle. Fueron los perros Pitbull de una de las casas los que atacaron a Roberto Molina, que vendía unos bonos contribución de puerta en puerta para la Asociación de Bomberos Voluntarios de La Florida. Dora Ledesma, una mujer que vive al frente de la casa donde estaban los perros, auxilió al herido. La mujer contó que Molina se había acercado a "Titina", la dueña de los pitbull, que estaba barriendo la vereda. "El portón estaba abierto y salió uno de los perros. Lo agarró al hombre de la cara y después del cuello", relató Ledesma, que presenció todo el ataque.

"Titina" intentó separar al animal, pero un segundo pitbull salió de la casa y tomó al bombero de la pierna. "Tenía heridas en la cara, en la mano derecha y a la altura del tobillo", dijo Ledesma. Los gritos de los vecinos y de la dueña lograron hacer que los pitbull soltaran a su presa y volvieran a entrar a la casa. Incluso la propietaria, "Titina", habría sido mordida en el brazo, según contó la vecina.

Desvanecido

Cuando logró deshacerse de los colmillos de los perros, Molina corrió a buscar refugio en la casa de Ledesma. "Entró todo ensangrentado y se fue desvaneciendo de a poco. Él andaba con un compañero que lo llevó en un taxi hasta el hospital, con la ayuda de los vecinos", manifestó Ledesma. Los dos bomberos voluntarios solían recorrer esa zona vendiendo los bonos para la organización.

"Siempre que se acercan las fiestas suelen venir. Le ofrecieron a mi mamá la rifa, y cuando ella les dijo que no tenía dinero, el más gordito se cruzó para la otra casa cuando lo agarró el perro", contó Luis Díaz.

En la casa de Ledesma, ubicada en Inca Garcilaso y Bernabé Aráoz, quedaban rastros de la sangre que perdió Molina, y los bonos contribución que tenía el bombero voluntario.

El director del hospital Padilla, Juan Pablo González, informó que la víctima sufrió heridas leves. "No se afectó ningún órgano vital y creemos que tampoco le quedarán cicatrices de consideración. Estimamos que en 48 horas le daremos el alta", dijo el médico ayer al mediodía.

Terror e indignación

Fueron los vecinos los que llamaron a la Policía. "Se mostraron indignados porque temen que los canes ataquen de nuevo", comentó el comisario Víctor Ledesma, jefe de la seccional 13ª. Los dueños de los pitbull tuvieron que declarar en la comisaría, al igual que los vecinos que presenciaron el ataque, y se remitieron las actuaciones a la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación.

A la siesta, el dueño de casa llegó en un vehículo y se llevó a los perros a un destino desconocido por los vecinos. Cuando LA GACETA intentó entrevistarlos, nadie respondió al llamado en la vivienda.

"No es la primera vez que estos perros hacen daño. Una señora de mitad de cuadra casi pierde un ojo, el mecánico de acá a la vuelta fue atacado hace unas semanas y a mi sobrinita le mordieron una nalga, produciéndole una herida fea", contó Luis Díaz.

En la cuadra, los chicos contaban ayer las vivencias de los perros como si fuese una historieta. Algunos de ellos no supera los dos o tres años. "Te imaginás si lo agarran a alguno de los chicos. Se lo llevan para adentro y lo comen", dijo Dora Ledesma, señalando a un pequeño de casi medio metro de altura.

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