16 Noviembre 2012
CÁDIZ.- Siglos atrás, el puerto de Cádiz tuvo un papel destacado en el comercio entre España y sus colonias de América Latina, con mercaderes y aventureros transportando tesoros desde las minas y las plantaciones del imperio. Y en décadas recientes, empresarios españoles y portugueses se pasearon por el continente latinoamericano con una ola de inversiones que llegó a llamarse "la reconquista".
Sin embargo, los líderes que se reunirán hoy y mañana para la XXII Cumbre Iberoamericana enfrentan relaciones que han cambiado profundamente en los últimos años. Las ex colonias podrían tener la llave de la salvación, ya que las economías europeas prácticamente han naufragado en medio de la crisis de la zona euro, necesitan ayuda externa para seguir a flote y sus ciudadanos protestan en las calles contra las medidas de austeridad y un desempleo del 25% en España y del 16% en Portugal.
América Latina está prosperando en su mayoría, con un crecimiento promedio superior al 4% en el último año. Ya no es un socio débil. Marcar un nuevo rumbo económico y explorar nuevas oportunidades en comercio e inversión será el principal objetivo del encuentro. "Antes España y Portugal decidían la agenda. Ahora, la relación tiene más que ver con la necesidad, y es una oportunidad para sentarse con países que saben lo que es atravesar una crisis económica", afirmó Ramón Pacheco Pardo, experto en relaciones internacionales del King's College de Londres.
En lo que viene a ser una repetición del patrón histórico, 20.000 españoles emigraron el año pasado a América Latina. Sólo en el último año, la Cámara de Comercio de España en Brasil recibió 1.300 currículos de profesionales interesados en trabajar en ese país.
Las empresas españolas también dependen de los beneficios de las operaciones en Latinoamérica para compensar los débiles resultados en el mercado local: son la principal fuente de ingresos de Telefónica y del banco Santander.
Pero también América Latina está sintiendo los efectos de la crisis mundial, con la reducción de exportaciones a Europa y la desaceleración del crecimiento de China.
Si bien las cumbres anteriores fueron dominadas por líderes fuertes, como el cubano Fidel Castro o el venezolano Hugo Chávez, esta vez la figura más importante será la brasileña Dilma Rousseff.
Sin embargo, los líderes que se reunirán hoy y mañana para la XXII Cumbre Iberoamericana enfrentan relaciones que han cambiado profundamente en los últimos años. Las ex colonias podrían tener la llave de la salvación, ya que las economías europeas prácticamente han naufragado en medio de la crisis de la zona euro, necesitan ayuda externa para seguir a flote y sus ciudadanos protestan en las calles contra las medidas de austeridad y un desempleo del 25% en España y del 16% en Portugal.
América Latina está prosperando en su mayoría, con un crecimiento promedio superior al 4% en el último año. Ya no es un socio débil. Marcar un nuevo rumbo económico y explorar nuevas oportunidades en comercio e inversión será el principal objetivo del encuentro. "Antes España y Portugal decidían la agenda. Ahora, la relación tiene más que ver con la necesidad, y es una oportunidad para sentarse con países que saben lo que es atravesar una crisis económica", afirmó Ramón Pacheco Pardo, experto en relaciones internacionales del King's College de Londres.
En lo que viene a ser una repetición del patrón histórico, 20.000 españoles emigraron el año pasado a América Latina. Sólo en el último año, la Cámara de Comercio de España en Brasil recibió 1.300 currículos de profesionales interesados en trabajar en ese país.
Las empresas españolas también dependen de los beneficios de las operaciones en Latinoamérica para compensar los débiles resultados en el mercado local: son la principal fuente de ingresos de Telefónica y del banco Santander.
Pero también América Latina está sintiendo los efectos de la crisis mundial, con la reducción de exportaciones a Europa y la desaceleración del crecimiento de China.
Si bien las cumbres anteriores fueron dominadas por líderes fuertes, como el cubano Fidel Castro o el venezolano Hugo Chávez, esta vez la figura más importante será la brasileña Dilma Rousseff.
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