31 Octubre 2012
PARANÁ.- El abogado querellante Milton Urrutia definió como "un perverso" al padre Justo José Ilarraz. El letrado fue su pupilo en el Seminario Menor de Paraná, entre 1985 y 1993, etapa en la que el cura habría cometido los abusos que ahora se investigan bajo la figura de corrupción agravada.
Hace casi 10 días, Urrutia volvió a pisar el Seminario. Fue durante la inspección judicial que ordenó el juez de Instrucción Alejandro Grippo y de la que participaron los abogados querellantes en la causa. Según publicó "El Diario" de Entre Ríos, al ex pupilo le impactó volver a encontrarse con una tina de mármol que está en el baño que usaba Ilarraz, en su habitación del primer piso. "Las visitas a esa tina eran una etapa más del abuso", señala la publicación.
"Cuando entré a ese baño, me acordé de lo que veía cuando estaba ahí: la ropa íntima del cura que la colgaba en un perchero. Pero también recordé lo que pasaba ahí adentro. En una segunda fase de su acercamiento -primero era el juego de ajedrez, la confesión, las charlas en la habitación, las caricias, los masajes-, los invitaba a bañarse con él", relató Urrutia al mencionado matutino.
El letrado también contó que, después de la ducha, el cura los secaba, los llevaba a su habitación y les ponía colonia.
El ex pupilo afirmó que Ilarraz solía examinar con una precisión de cirujano a cada chico y que de esa manera descubrió una afección en tres de los menores. Según "El Diario", una de las víctimas declaró que el sacerdote le descubrió un problema en su zona genital y que él mismo se encargó de tratarlo médicamente. "Lo mismo le ocurrió a un hermano de esta víctima, ahora sacerdote. Y a un tercer pupilo, que abandonó la carrera religiosa".
El cura los llevaba al Hospital Gutiérrez de Buenos Aires, en compañía de su madre Sofía Diez, para que los atendiera su cuñado médico, relató Urrutia. Por eso, el abogado querellante pedirá ahora que citen a declarar a la madre de Ilarraz, a su hermana y a su cuñado médico.
En tanto, el juez Grippo citará para que declare como testigo al obispo de la diócesis de Concepción, José María Rossi. (Especial)
No lo volvieron a ver
Nadie volvió a ver en público al padre Justo desde mediados de septiembre, cuando la revista "Análisis" sacó a la luz el caso.
El cura había sido enviado a Monteros en 1994, donde se hizo cargo de la parroquia Sagrado Corazón del barrio Ñuñorco.
Los abusos sexuales habrían sido cometidos entre 1985 y 1993, cuando el sacerdote conducía el Seminario Menor de Paraná.
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