Las películas que vemos
En los últimos dos años el consumo de cine en el país ha crecido: en 2011 hubo 40 millones de espectadores, con una recaudación de $ 908 millones. En lo que va de este año esta cifra ya se ha alcanzado, si bien no caben esperarse muchas diferencias porque la temporada alta ha concluido. El informe brindado por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (Sinca) precisa que las películas que explican tal crecimiento del consumo son de origen norteamericano, en especial en formato 3D, y dirigidas a jóvenes y niños.

Para una idea más particular, además se consigna: "en 2011, cuando se estrenaron 329 títulos, las 10 películas más vistas agruparon casi el 38% del total de espectadores. Y lo que resulta más llamativo es que estas 10 películas ("Cars 2", "Piratas del Caribe: navegando aguas misteriosas"; "Harry Potter y las reliquias de la muerte: parte 2"; "Kung Fu panda 2"; "Río"; "Enredados"; "Transformers 3: el lado oscuro de la luna"; "Los pitufos"; "Gato con botas" y "Rápidos y furiosos sin control") están destinadas al segmento juvenil-infantil.

La conclusión que extraen las autoridades del Incaa es que es posible pensar que el cine como "espectáculo" no está perdiendo la competencia que conlleva la expansión de películas y series en Internet, copias ilegales y la televisión.

Tomando estos datos globales es sencillo deducir qué público tiene el resto de las realizaciones, tanto argentinas, europeas como de otros países. En 2011, mientras el cine de Estados Unidos llevó 33 millones de espectadores, el argentino conquistó tres millones, solamente; y el del resto de los países, cuatro.

Si para algo sirven las estadísticas, oficiales y contundentes en este caso, es para dar cuenta de una realidad: el cine nacional, argentino, independiente, o como se lo quiera llamar, está lejos de interesar a los propios argentinos.

Desde la creación del Incaa se han distribuidos millones de pesos en subsidios para la realización de películas, de una forma a veces, polémica y no exenta de sospechas. El relato oficial señala que se estimula esa creación, pero también el perfil de filmes que permitan avanzar en la búsqueda de una identidad nacional. Las palabras, grandilocuentes, caen por sí mismas, ante estas cifras. Se sabe lo que es competir con los "tanques" de Hollywood, ante los cuales, no hay la menor oportunidad. Tampoco se trata de que los cineastas argentinos realicen solo películas aburridas, como tantas veces se los ha acusado. Hay una cuota de pantalla que desde hace mucho se discute, pero que hasta ahora no ha rendido frutos.

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