En Tucumán no faltan libros

La restricción al ingreso de bienes de origen extranjero habría llegado a los libros, las revistas y todo material impreso, desde folletos hasta cajas de cartón corrugado y etiquetas. La frase #liberenloslibros se convirtió ayer en Tema del Momento en la red social Twitter. La mecha la encendió Hernán Casciari, el autor de "Más respeto que soy tu madre" y de la revista, blog, editorial y bar "Orsai". Contó del orgullo que suele mostrar él, que vive en España, por la vitalidad de la cultura argentina. Pero dijo que ayer, cuando lo llamaron de una radio para preguntarle por qué los argentinos no podían encargar publicaciones al exterior, no tuvo qué decir. Y escribió el hashtag: #liberenloslibros.

En Tucumán, no obstante, la provisión de libros es normal, de acuerdo a consultas que realizó esta mañana LA GACETA. Martín Barrionuevo, encargado de la librería Yenny-El Ateneo, manifestó que no registraron demoras ni faltante de libros que provienen del exterior ni nacionales. "El caso de las cadenas grandes es diferente, porque tienen más locales en el país. Por lo tanto, no se interrumpieron los envíos", señaló.

Por su parte, Carolina Frangoulis, de "El Griego", ubicada en la peatonal Muñecas, coincidió con Barrionuevo, al afirmar: "nuestra provisión es normal, no tenemos faltante de ejemplares. Sí puede haber alguna demora en libros que son muy específicos, los técnicos, que algunos se imprimen en el exterior. Mientras antes lo traíamos en 15 días, ahora lo conseguimos en un mes. Desde las distribuidoras nos informaro que no hay faltantes".

Mario Kotzer, en tanto, de "La Feria de Libro", también en la peatonal Muñecas, expresó que la actividad es normal en su negocio. "No hay nada fuera de lo común. Podría haber alguna demora en libros muy específcos para universitarios -en ciencias exactas- pero, insisto, es algo habitual que sucede con ejemplares que vienen desde el extranjero".

La restricción
El presidente de la Cámara Argentina del Libro (CAL), Isaac Rubinzal, opinó, la semana pasada, que los libros no deberían tener ningún tipo de restricción para ingresar al país, en referencia a las trabas a la comercialización de ese tipo de materiales que se producen en el extranjero.

Este mes entró en vigor la resolución 453/2010 de la Secretaría de Comercio Interior al ser instrumentada por la disposición 26/12 de esa misma dependencia. La misma establece que antes de la comercialización o ingreso al país de las publicaciones extranjeras deberá certificarse que las tintas que se utilicen en productos gráficos no contengan más de 0,06 % de plomo.

La normativa -se explicó en los diarios "La Nación" y "El Cronista" supondrá que los particulares que deseen hacerse de un libro comprado por internet a un vendedor en el exterior deberán concurrir a retirarlo a Ezeiza, al sector de cargas, y lo mismo deberán hacer los libreros. LA GACETA ©