Por Silvina Cena
06 Noviembre 2011
LA GACETA / FOTOS DE SILVINA CENA
A Calle 13 se lo escucha con los pies. Con los talones que tamborilean incluso antes de que comience el show y se enajenan cuando René propone portarse mal. A Calle 13 se lo escucha con los ojos. Con las pupilas que no pueden ?que no quieren- evitar aguarse cada vez que el Residente pondera la identidad latinoamericana e invita a despegarse de clichés foráneos y a besar la tierra madre. A Calle 13 se lo escucha con el corazón, cuando la noche da una tregua al baile y a la arenga política, y entonces “Un beso de desayuno” emana vaporosa desde el escenario y en el campo se urden besos y sonrisas nostálgicas.
Así, una acuarela ecléctica para el pincel de los sentidos, fue el show que dio la banda portorriqueña en la segunda y última jornada del Personal Fest. Explosivo por donde se lo juzgue, el grupo fue uno de los más convocantes de todo el festival, aunque su público marcó la diferencia con el resto, al transformar la inmensísima alfombra del club GEBA en un campo magnético para el pogo (no se salvaron ni los más cautos con la recargada versión de “Suave”) y para el baile en grupo, en parejas y hasta individual, cada vez que el ritmo lo demandaba.
Y el repertorio lo previó todo. “Ven y critícame” fue el epilogo para una proclama sin indirectas ?a cargo de René, claro- en contra de quienes critican a la banda sin conocerla. Cayeron ahí los programas de farándula, pero también los periodistas que se informan en la Wikipedia. Dijo René que él sólo escucha las críticas de su familia, pero lo que escuchó inmediatamente fue una inmensa ovación, que se potenció cuando mandó a cuidar la cultura. “Un país sin cultura es como un hombre sin alma”, reflexionó, luego de contar que en Puerto Rico se prioriza los ingresos por turismo al cuidado de lo autóctono, y antes de cantar “La Perla”.
Otras apelaciones a la emotividad vinieron de la mano de “La bala”, tema que dedicaron a Facundo Cabral, y de “Latinoamérica”, del que se dijo que la fuente de inspiración había sido nada menos que Mercedes Sosa. En este último tema, además, fue invitado a cantar Pedro Aznar, lo que encaminó hacia un cierre perfecto del recital. Lo destacable: ¿PG13, la hermana de René, sigue figurando como corista? Porque esa chica, con su timbre tan particular y los movimientos frenéticos que reparte por el escenario, es tan protagonista como el Residente. 10 puntos para ella.
Exceso de demagogia
Aunque Calle 13 no necesita previa, la tuvo y fue de lujo. Con tanta historia y éxitos en su haber, el show de INXS jamás puede ser malo. De hecho, hubo una gran transmisión de éxtasis desde el escenario, que por momentos se hizo desbordante, especialmente cada vez (y fueron muchas) que el cantante JD Fortune largaba un “¡los amo!”. “¿No será mucho?”, se preguntaba el público, que soportó el exceso de energía del vocalista a fuerza de clásicos. “Elegantly wasted”, “By my side”, “Suicide blonde” hicieron la huella de una ruta que terminó con una nueva (y piola) versión de “Original sin”, “Devil inside”, “New sensation” y el enardecedor “Never tear us apart”.
Quedará para el juicio de cada uno de sus seguidores qué tan cómodo se ve a Fortune frente al micrófono que antes lideraba el fallecido Michael Hutchence, nombre que el mismo intérprete repitió varias veces para detenerse en cuánto lo admiraba. Cerró JD su performance demagógica saliendo al bis envuelto en una camiseta argentina (recurso que también usó René, de Calle 13). Exagerado y trillado. Pero qué placer escucharlos. LA GACETA©
Así, una acuarela ecléctica para el pincel de los sentidos, fue el show que dio la banda portorriqueña en la segunda y última jornada del Personal Fest. Explosivo por donde se lo juzgue, el grupo fue uno de los más convocantes de todo el festival, aunque su público marcó la diferencia con el resto, al transformar la inmensísima alfombra del club GEBA en un campo magnético para el pogo (no se salvaron ni los más cautos con la recargada versión de “Suave”) y para el baile en grupo, en parejas y hasta individual, cada vez que el ritmo lo demandaba.
Y el repertorio lo previó todo. “Ven y critícame” fue el epilogo para una proclama sin indirectas ?a cargo de René, claro- en contra de quienes critican a la banda sin conocerla. Cayeron ahí los programas de farándula, pero también los periodistas que se informan en la Wikipedia. Dijo René que él sólo escucha las críticas de su familia, pero lo que escuchó inmediatamente fue una inmensa ovación, que se potenció cuando mandó a cuidar la cultura. “Un país sin cultura es como un hombre sin alma”, reflexionó, luego de contar que en Puerto Rico se prioriza los ingresos por turismo al cuidado de lo autóctono, y antes de cantar “La Perla”.
Otras apelaciones a la emotividad vinieron de la mano de “La bala”, tema que dedicaron a Facundo Cabral, y de “Latinoamérica”, del que se dijo que la fuente de inspiración había sido nada menos que Mercedes Sosa. En este último tema, además, fue invitado a cantar Pedro Aznar, lo que encaminó hacia un cierre perfecto del recital. Lo destacable: ¿PG13, la hermana de René, sigue figurando como corista? Porque esa chica, con su timbre tan particular y los movimientos frenéticos que reparte por el escenario, es tan protagonista como el Residente. 10 puntos para ella.
Exceso de demagogia
Aunque Calle 13 no necesita previa, la tuvo y fue de lujo. Con tanta historia y éxitos en su haber, el show de INXS jamás puede ser malo. De hecho, hubo una gran transmisión de éxtasis desde el escenario, que por momentos se hizo desbordante, especialmente cada vez (y fueron muchas) que el cantante JD Fortune largaba un “¡los amo!”. “¿No será mucho?”, se preguntaba el público, que soportó el exceso de energía del vocalista a fuerza de clásicos. “Elegantly wasted”, “By my side”, “Suicide blonde” hicieron la huella de una ruta que terminó con una nueva (y piola) versión de “Original sin”, “Devil inside”, “New sensation” y el enardecedor “Never tear us apart”.
Quedará para el juicio de cada uno de sus seguidores qué tan cómodo se ve a Fortune frente al micrófono que antes lideraba el fallecido Michael Hutchence, nombre que el mismo intérprete repitió varias veces para detenerse en cuánto lo admiraba. Cerró JD su performance demagógica saliendo al bis envuelto en una camiseta argentina (recurso que también usó René, de Calle 13). Exagerado y trillado. Pero qué placer escucharlos. LA GACETA©
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