Otra argentina fue maltratada y deportada de España

Otra argentina fue maltratada y deportada de España

Había viajado a visitar a su hija. "En ningún país dan a una mucama tantas vacaciones", le dijeron en Migraciones.

HASTA AQUI LLEGO. Las autoridades españolas hicieron varios cuestionamientos a la rosarina en el aeropuerto de Barajas. REUTERS HASTA AQUI LLEGO. Las autoridades españolas hicieron varios cuestionamientos a la rosarina en el aeropuerto de Barajas. REUTERS
19 Octubre 2010
ROSARIO.- Otra argentina denunció hoy que fue maltratada y deportada del aeropuerto de Barajas por las autoridades de España, que le impidieron quedarse para visitar a su hija que vive allí. La mujer, de 58 años, casada y empleada desde hace 18 años en el Sanatorio de Niños de Rosario, sostuvo que lo que sufrió fue "una falta de respeto total y una sirvengüenzada".
Victoria Di Salvo había viajado con una reserva de hotel y con todos los papeles en regla, según dijo. En el aeropuerto le cuestionaron que se quedara 90 días -eso indicaba su pasaje de regreso- y luego la sometieron a un interrogatorio del que participó un abogado. No sirvió de nada que su marido hiciera desde la Argentina un depósito bancario pagando la totalidad de su estadía, porque "no quisieron dar marcha atrás". 
"Me compré el pasaje para el 12 de octubre y con regreso el 10 de enero en una agencia de Rosario. Mi hija vive en Canarias, está embarazada y quise visitarla. Para no ocasionarle problemas, no tramité la carta de invitación sino que reservé lugar en un hotelito modesto. Pagué con una tarjeta internacional que sacamos con mi esposo especialmente", contó.
"Llevé euros y dólares por un monto que supera lo que piden como requisito de ingreso, también seguro médico y obviamente pasaporte. Así que pasé por migraciones muy tranquila sin suponer el infierno que iba a vivir después", recordó la mujer, que contó que le preguntaron a qué iba, si tenía dinero y si trabajaba.
Incluso, le cuestionaron cómo era posible que se quedara tanto tiempo, a lo que ella respondió que como trabaja en un sanatorio desde hace 18 años le corresponden muchos meses de vacaciones. El empleado le retrucó: "en ningún país del mundo le dan a una mucama tantos días, señora". Luego de tres horas de espera, la dejaron sólo con la cartera, la billetera y los documentos, y le sacaron el resto de sus pertenencias, como el celular y artículos de cosmética. 
Horas patéticas
"Me llevaron al sector de inadmitidos donde nos ofrecieron comida, un lugar horrible para dormir, tres teléfonos y tarjetas para llamar a parientes y al consulado. Tras dos días de angustia, me terminé bañando y secando mi única ropa interior con un secador de manos", precisó. Di Salvo dijo que le pidió a su hija que llamara a su trabajo en Rosario y al hotel reservado para que le enviaran mails con las pruebas. 
"Recibí todo, pero nada los conformaba. El abogado me recomendó que durmiera ahí y que al otro día me llevaría ante el juez para apelar. Nunca lo hizo. Volvió y me dijo que el juez había denegado mi entrada porque debí haber pagado toda la estadía y no sólo la reserva. El 14, a la medianoche, acompañada de dos policías, me subieron a un avión de regreso. A mis documentos y pertenencias me las devolvieron en Ezeiza", contó. 
Ya de regreso, la mujer aseveró que pasó las 48 horas más patéticas de su vida, y que la trataron como a un delincuente. El caso se conoció unos días después de que trascendiera el episodio que sufrió otra argentina, la profesora universitaria María Cecilia Tonón, quien denunció que fue demorada durante seis horas "en una especie de cárcel" dentro del aeropuerto, sometida a varios interrogatorios y luego deportada, tras lo cual perdió un embarazo de tres meses. (NA)

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