Los concejales debatirán un proyecto para separar y tratar las pilas usadas

Qué contradicción. Sin ellas nuestra vida diaria sería bastante menos cómoda de lo que es. Pero, a pesar de que son chiquitas, tienen la capacidad de generar graves daños en el medio ambiente que, a la larga, atentarán contra la vida misma. Las pilas, tan necesarias como peligrosas, hoy se mezclan con el resto de las 500 toneladas de residuos que se generan por día en San Miguel de Tucumán.
Lo ideal sería separarlas del resto de la basura y someterlas a un tratamiento que minimice los daños ambientales que causan. Un proyecto de ordenanza, que puede llegar a ser tratado esta semana en el Concejo Deliberante, propone una solución -temporal- para este problema.

Lista larga
La iniciativa, presentada por los ediles Raúl Pellegrini y Hugo Cabral, tiene como objetivo la creación del Programa de recolección, transporte y disposición final de pilas, micropilas y baterías usadas. Esto incluye los elementos generadores de energía que se usan en juguetes, teléfonos, relojes, linternas, radios, marcapasos, calculadoras, controles remoto y celulares, entre muchos otros. Quedan afuera de la lista las baterías de autos y de motos.
"Es necesario que haya un servicio diferenciado del de los residuos sólidos urbanos. A estos se los trata con un proceso de biodegradación y las pilas generan efectos malos para la naturaleza y para la salud si ingresan en este sistema. Por eso, la disposición de estos elementos debe estar separada del resto de los residuos que son tratados", explicó Pellegrini.
El proyecto propone que se coloquen recipientes en establecimientos educativos, en locales comerciales y en organismos públicos, entre otros espacios, que sirvan como contenedores. La idea es que usted, ciudadano, no tire las pilas en el tacho de basura de su casa, sino que lo haga en estos centros de recepción (cada contenedor tendrá una identificación y un número de teléfono para pedir que se lo retire cuando se complete).
Además, la iniciativa estipula que el sistema de transporte que se emplee no sea el mismo que el del resto de los residuos. O sea, que las pilas vayan a la disposición final en otro vehículo.
El único punto que queda abierto es qué hacer con las pilas una vez que estén en el centro de disposición final (por ahora Pacará Pintado y, en el futuro, Overá Pozo). "Está claro que deben estar separadas del resto de los residuos. La idea es tenerlas en algún lugar seguro hasta que tengamos la tecnología adecuada para tratarlas", explicó Cabral. Lo cierto es que, en el artículo cinco del proyecto, se consigna que debe ser el Ejecutivo municipal el que determine la modalidad que se empleará para la disposición final.

Pasos
El proyecto ya pasó por la comisión de Peticiones y Poderes y, para poder llegar a la sesión del jueves, debe ser aprobada por la de Hacienda mañana. "Se dice que una persona utiliza un promedio de 10 pilas al año. Si multiplicamos eso por la cantidad de habitantes que tiene la capital, llegamos a la cifra de 5 millones de pilas al año. Es muchísimo. Por eso tenemos que buscarle una solución a la disposición de las pilas", argumentó Pellegrini.
San Miguel de Tucumán forma parte de un consorcio intermunicipal integrado también por Yerba Buena, Banda del Río Salí, Alderetes, Las Talitas y Tafí Viejo. Por eso, no tendría sentido que sólo la capital le diera un tratamiento diferenciado a las pilas si en el resto de las ciudades se las seguiría mezclando con los residuos sólidos. Para que esta iniciativa reduzca el impacto ambiental, la idea es proponerles a los ediles de los otros municipios que adopten medidas similares.