"El acopio sin tratamiento puede ser peligroso"

"El acopio sin tratamiento puede ser peligroso"

El secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván, considera que se debe decidir cuál será el destino final.

16 Marzo 2010
Es un paso importante que se debe dar. De eso no hay dudas. Pero es fundamental determinar qué se hará finalmente con las pilas cuando lleguen a disposición final. Porque, si no, el acopio sin ningún tratamiento puede ser peligroso. Esta es la opinión del secretario de Medio Ambiente de la provincia y presidente del Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), Alfredo Montalván.
Con respecto al proyecto presentado por los ediles Raúl Pellegrini y Hugo Cabral para que las pilas y baterías reciban un tratamiento diferenciado al resto de los residuos, el funcionario calificó la iniciativa como positiva, pero hizo algunas advertencias. "Este es un paso que se debe dar a medida que se avanza en la gestión de los residuos urbanos. Pero hay que ver qué se hace con esas pilas. En Misiones, por ejemplo, se las trata en celdas especiales. Concentrarlas si un tratamiento adecuado también puede ser peligroso", explicó.
"Es positivo que se debatan proyectos como este y que se genere una normativa sobre cuál va a ser el destino de las pilas y baterías. Hay que tener en cuenta que todos queremos cuidar el medio ambiente, pero es necesario disponer de celdas especiales y, antes que nada, de un cuerpo normativo que especifique los pasos a seguir según el caso", dijo el funcionario.
Las pilas son generadores portátiles que convierten la energía química en energía eléctrica. Se dividen en dos grandes grupos, las comunes (una vez utilizadas se descartan) y las recargables (las tipo "botón" y baterías de celulares o de notebooks, entre otras). Son consideradas residuos peligrosos por la ley 24.051.
Las comunes son de zinc-carbón y alcalinas. Por más que está prohibido que contengan mercurio, siguen siendo peligrosas. Cuando entran en contacto con los efectos de fermentación de la basura o se las expone a las condiciones climáticas, sus carcazas se corroen y sus compuestos se escurren. De esa manera, contaminan el suelo y el agua. Las recargables, en cambio, tienen una vida útil más larga. De todos modos, en algún momento dejan de funcionar y hay que tirarlas. El desafío es determinar qué hacer con ellas cuando eso ocurra.

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