Un goleador muy cuestionado

Un goleador muy cuestionado

"Me insultan en ocho de cada 10 partidos", dijo Campodónico de los hinchas de All Boys.

UNA MONTAÑA DE FELICIDAD. Todos los abrazos son para Campodónico, autor del único tanto del cotejo. El delantero no lo celebró y pidió perdón. TELAM UNA MONTAÑA DE FELICIDAD. Todos los abrazos son para Campodónico, autor del único tanto del cotejo. El delantero no lo celebró y pidió perdón. TELAM
06 Diciembre 2009
BUENOS AIRES (Diego Jemio, especial para LA GACETA).- Es, al menos, extraña la situación de Mariano Campodónico. Aparece entre los goleadores del campeonato y ayer sumó uno más a su cosecha personal, que le dio el triunfo a All Boys. Sin embargo, es muy resistido entre los hinchas del "albo"; siente tanta hostilidad que hasta pensó en irse a fin de este año. "No es posible que me insulten en ocho de cada 10 partidos y que sólo pueda irme tranquilo si hago dos goles", explicó.
Luego del triunfo sobre San Martín, el goleador incomprendido, el que tiene 35 años y le declara amor eterno al "santo" y al "pirata" cordobés, cuenta su situación. "Tengo una foto con mi familia y con la camiseta de cada club por el que pasé. Este año no pude traer a mi señora ni a mi hijo a la cancha. ¿Para qué? ¿Para que escuchen cómo me insultan? Además, hace un tiempo me enteré de que estaban buscando a otros delanteros, como Emanuel Gigliotti, porque yo no andaba bien. Son cosas que duelen; ahora terminaré el año y veré cómo sigue mi carrera", apuntó.
El goleador nacido en la localidad bonaerense de Adrogué dio a entender que si la hostilidad no cesa puede dar un paso al costado y buscar otro club. "Cada vez que vuelvo de jugar, mi señora me pregunta por qué estoy triste. Conversé mucho con el técnico y él me dijo que me quiere en el equipo el próximo año, pero que me quiere feliz. Para estar mal y para que mis hijos me vean así, prefiero quedarme en mi casa. Otra opción puede ser jugar en Temperley, que es un club al que quiero y del que soy hincha", expresó.
En el partido de ayer, cuando le hizo el gol a San Martín, el ex delantero de Banfield y de Aldosivi, entre muchos otros equipos, no sólo no lo gritó sino que juntó las manos en señal de perdón, un gesto que no fue bien recibido por la dura platea de All Boys.
"Lo hice porque me salió del corazón y porque realmente me sentí mal al convertirle un gol a un club que me dio tanto; además, ese gol sirvió para ganarles el partido. Es mi forma de ser y de ver las cosas. Le pido a la gente que se ponga en mi lugar; soy un ser humano que puede cometer errores", concluyó el goleador resistido.

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