El eje PJ-UCR regresa a la escena electoral

El eje PJ-UCR regresa a la escena electoral

A juzgar por los resultados de los últimos dos comicios, el radicalismo comarcano logró constituirse como la segunda fuerza política. Durante los 80, ambos partidos canalizaron las adhesiones ciudadanas. En los 90, la irrupción de FR cambió el esquema.

ESTRUCTURAS TRADICIONALES. El radicalismo y el peronismo monopolizaron la lucha política a partir del retorno de la democracia, durante los 80. LA GACETA/ANTONIO FERRONI ESTRUCTURAS TRADICIONALES. El radicalismo y el peronismo monopolizaron la lucha política a partir del retorno de la democracia, durante los 80. LA GACETA/ANTONIO FERRONI
12 Octubre 2009
Los resultados electorales de junio parecen haber arrojado algunas conclusiones que los analistas políticos se encargaron de resaltar. La primera de ellas pondera el papel de la Unión Cívica Radical (UCR) y sus posibilidades con vistas a 2011. De hecho, los especialistas destacan el proceso de reorganización interna que encaró el centenario partido y la vuelta de su figura actual más taquillera, el vicepresidente Julio Cobos. La pregunta que se hacen es si el repunte radical polarizará los comicios generales con el Partido Justicialista (PJ), como ocurrió durante la década del 80.
A juzgar por los dichos de los referentes políticos, es una alternativa potable. Hace 10 días, Elisa Carrió presentó su agrupación (Coalición Cívica-ARI). Consciente del papel que deberá jugar en la escena pública nacional, subrayó que es necesario que el pueblo "supere el bipartidismo" PJ-UCR. Un par de días después, el ex presidente Eduardo Duhalde y el diputado electo Ricardo Alfonsín disertaron juntos en Córdoba. "En Argentina hay sólo dos fuerzas políticas estructuradas. Nuestro país es bipartidista. Tenemos que ver esta realidad y reconstruir nuestros partidos. El peor error fue mezclarse en los últimos tiempos", enfatizó Duhalde.
A los ojos de numerosos juristas, que exista la posibilidad de elegir entre alternativas de peso similares aparece como la mejor solución elctoral, ya que es considerada como una muestra de madurez democrática y crea la posibilidad de alternancia en el poder. En los albores de la década del 80, el abogado y escritor Bonifacio del Carril, expresó esa idea con claridad. "El régimen representativo de gobierno requiere, para su buen funcionamiento, que la vida política del país se organice dentro del sistema de dos partidos, que no excluye la actuación de los partidos pequeños, pero exige que haya por lo menos dos con vocación y aptitud mayoritaria: el que está en el gobierno y el que se encuentra en condiciones de reemplazarlo", escribió.
En Tucumán, a la luz de los últimos resultados electorales, podría concluirse que la tendencia apunta hacia la polarización. En rigor, en los comicios legislativos de octubre de 2007 una alianza liderada por la UCR acabó con la hegemonía electoral del PJ y permitió sentar en Diputados al ya fallecido José Ignacio García Hamilton. En junio pasado, también la UCR predominó la aceptación opositora. De hecho, el electo José Cano se convertirá en el primer senador de signo radical desde que los representantes en la Cámara Alta se eligen por votación directa. En 2001, el escaño por la minoría recayó en Fuerza Republicana y, dos años después, el bussismo se quedó con las dos bancas por la mayoría y, el PJ, con la tercera.

Quiebre abrupto
A partir del retorno a la institucionalidad democrática, el denominador común fue el bipartidismo. Sin embargo, esa tendencia se quebró en los 90, tanto a nivel nacional como provincial.
En los comicios de octubre de 1983 el Poder Ejecutivo y las intendencias quedaron repartidos entre peronistas y radicales. Fernando Pedro Riera (PJ) fue electo gobernador y Rubén Chebaia (UCR), intendente de la capital. A nivel presidencial, ambos partidos reunieron al 86,6% de los votos. Cuatro años después, la imagen fue semejante. En 1987, el triunfo electoral para la Gobernación, en las urnas, correspondió a Chebaia. No obstante, el Colegio Electoral (en el anterior sistema el ciudadano no elegía en forma directa a sus representantes, sino a electores), se inclinó por José Domato (PJ). En tanto, los habitantes de la capital eligieron a Raúl Martínez Aráoz (PJ).
Hacia el final de la década, el bipartidismo comenzó a tambalear con la irrupción de Antonio Domingo Bussi. Durante los 90, Fuerza Republicana desplazó al radicalismo del polo opositor. Hoy, el radicalismo parece reacomodarse en el epicentro de la escena pública para disputar espacios al justicialismo. FR, en cambio, trata de recuperar su identidad.

José Cano (UCR): "es inadmisible que haya tantas fuerzas"
"Las estructuras tradicionales, con distintos matices, están volviendo a tener protagonismo", afirmó el legislador José Cano (UCR). "No obstante, entiendo que lo fundamental es que los grandes partidos sumen  nuevos actores a la política y que haya entendimientos programáticos con partidos afines", añadió. Según el senador nacional electo, tanto la UCR como el PJ deben entender que es necesario abrir las puertas. "Eso devolverá credibilidad a la política, pero una apertura será imposible si las agrupaciones tradicionales no están reorganizadas. Se debe entender que con los personalismos no alcanza, porque así sólo se construye oposición, pero no se construye poder", advirtió. Finalmente, trazó un paralelismo con los países en donde prima el bipartidismo. "La historia demuestra que los países desarrollados se edifican con estructuras políticas muy fuertes. Es inadmisible que existan tantos partidos creados por una sóla persona. El tiempo demuestra su fracaso", concluyó.

Ricardo Bussi (FR): "es fundamental que existan varias ofertas"
El presidente de Fuerza Republicana, Ricardo Bussi, está convencido de que el sistema bipartidista no volverá a regir en el país. "No hay ninguna posibilidad. Lo que pasó en la última elección fue circunstancial, ya que el campo se organizó por una cuestión puntual y decidió dar su apoyo a los candidatos radicales. Incluso, un importante sector del campo siempre se identificó con FR por lo que, resuelto ese reclamo puntual originado por la resolución 125 (retenciones a las exportaciones de granos), se disolverán y cada uno volverá a su rancho", consideró el legislador, en alusión al involucramiento de productores rurales en el frente electoral que lideró la UCR. "FR tiene su historia y su trayectoria. Incluso, el bipartidismo en Tucumán se dio entre FR y el PJ", recordó. Luego, defendió el multipartidismo. "Es bueno que haya varias ofertas, porque se promueve así la negociación política y el debate. El multipartidismo es consecuencia de una sociedad muy segmentada", dijo.

Martín Correa (PO): "hacia un proceso de descomposición"
"La transición política no se orienta a la consagración de un régimen bipartidista, sino a un proceso de descomposición de los dos grandes partidos tradicionales: la UCR y el PJ", opinó Martín Correa (Partido Obrero).  "El peronismo y el radicalismo representan a un sistema político que fue incapaz de dar una salida a una crisis auténticamente nacional y popular. La levantada electoral de la UCR en las últimas elecciones sólo explica una capitalizacion transitoria del derrumbe kirchnerista, pero la UCR es completamente incapaz de canalizar las aspiraciones populares frente a la crisis, como lo demostró con Fernando de la Rua y, ahora, con su alineamiento con los terratenientes y con la Sociedad Rural", criticó el ex convencional constituyente. "La superación a este agotamiento de los partidos de la burguesia nacional se está procesando en el desarrollo de una alternativa política independiente, cuya expresion política es el Partido Obrero", se jactó el dirigente.

Sergio Mansilla (PJ): "que el radicalismo repunte es positivo"
El presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla (PJ), sostiene que la proliferación de sellos partidarios con fines electorales atenta contra el sistema democrático. "No es sano, porque son producto de dirigentes distanciados de los grandes partidos que crean nuevas fuerzas para una eventual candidatura", afirmó el legislador peronista. "En las últimas dos eleccionres se percibió un repunte del radicalismo, lo cual es sumamente positivo. Pero creo que es un proceso natural, siempre cuando un partido permanece durante mucho tiempo en el poder sufre un desgaste que permite el crecimiento de la oposición más fuerte. Cuando la UCR estuvo en el Gobierno ocurrió al revés", analizó Mansilla. Finalmente, insistió con su rechazo a las agrupaciones que crecen y desaparecen de manera fugaz. "Hay algunas que tienen vida por poco tiempo, pero son meros desprendimientos. Lo más sano es que haya alternativas serias, duraderas, para que la gente elija", finalizó.

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