En la Argentina, la mitad de los pobres son niños y adolescentes

En la Argentina, la mitad de los pobres son niños y adolescentes

La informalidad laboral contribuye a incrementar la vulnerabilidad social de los hogares. Expertos coinciden en que el Estado debe aplicar políticas universales para contener a los chicos, mejorando el ingreso de sus padres.

SECTOR MAS CASTIGADO. Se calcula que en el país hay dos millones de niños, cuyos padres no reciben ayuda estatal. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL SECTOR MAS CASTIGADO. Se calcula que en el país hay dos millones de niños, cuyos padres no reciben ayuda estatal. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
24 Septiembre 2009
La incidencia de la pobreza entre los niños y adolescentes es más de tres veces superior a la incidencia de la pobreza entren las personas mayores de 60 años. Esto hace que prácticamente la mitad de los pobres sean niños o adolescentes. La concentración de la pobreza entre los menores tiene consecuencias muy graves porque el daño que la marginación provoca en el desarrollo físico, intelectual y social de una persona se potencia cuando actúa en los primeros años de la vida, advierte un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). Y el problema de fondo que explica esto es la informalidad laboral, porque los hogares con hijos se hacen más vulnerables con ingreso que hoy puede existir y mañana, tal vez no, indicó a LA GACETA Jorge Colina, investigador jefe de Idesa.  
Los asalariados informales constituyen una población vulnerable a caer en la pobreza que, según el Indec, alcanzó al 13,9% de la población urbana de la Argentina durante la primera mitad del año. "En el norte del país el índice de empleo en negro es mucho más alto que el promedio del país", recuerda Colina. Y en Tucumán, la situación es grave: el 47,2% de los asalariados (unas 104.600 personas) no fue registrado por sus empleadores.
"Venimos advirtiendo que, entre el año anterior y este 2009, ha crecido el nivel de empleo de baja calidad. Pese a que después de 2002 la economía creció a un ritmo del 8% anual, en la Argentina no se pudieron generar empleos de calidad suficiente, bien pago y sustentable a los vaivenes económicos", afirmó a nuestro diario Eduardo Donza, investigador sobre Trabajo y Desigualdad del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Incluso, acotó Donza, ha reaparecido en el país un empleo de indigencia que se ha corporizado en cuentapropistas o personas que realizan changas de pocas horas, como el caso de los cartoneros. "Esto demuestra que, con tener una ocupación, no basta para salir de la pobreza", añadió. Donza no tiene dudas de que la pobreza en la Argentina es superior al 30%.  

Recetas contra el flagelo

Tanto Colina como Donza observaron que, para combatir la pobreza y la informalidad laboral, el Estado tiene ciertas herramientas para revertir la situación, a saber:
Si bien la ayuda social de las políticas públicas son necesarias, no dejan de ser un paliativo para un problema grave como la pobreza estructural. Más importante es combatir la informalidad laboral.
Los controles y fiscalizaciones estatales son una parte de las políticas, pero no los más importantes.
Adaptar las regulaciones y los impuestos a la realidad de los pequeños emprendimientos, con el fin de que ese sector blanquee personal o tome nuevos empleados.
Promover la terminalidad de la secundaria entre los hogares más vulnerables.
Una asistencia universal por hijo contribuiría a achicar la pobreza. Se estima que, en el país, hay dos millones de niños, cuyos padres no reciben una asignación familiar u otra asistencia estatal.

En otros países
13,2%
es el nivel de pobreza en Estados Unidos, según el censo 2008.
13,7%
es el porcentual de pobres en Chile (censo 2006, último dato).
18,2%
es el nivel de "pobreza alimentaria" en México (2008).
13,8%
alcanza el nivel de pobreza en España, a datos actuales.
11%
es el nivel de pobreza en Luxemburgo. Es el menor del mundo.

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