Arranca el motor electoral del aparato alperovichista

"El fervor es genuino; se puede traer gente a la plaza, pero no obligarla a cantar". Un exultante funcionario definía así la euforia oficialista que se vislumbraba en el rostro del gobernador. Después de cinco años de gestión, José Alperovich, sigue movilizando la tropa. Lo evaluó al cerrar ayer la jornada, sentado al frente del televisor mirando y escuchando, en soledad, el discurso de la presidenta Cristina Fernández. "Será un año difícil para todos los argentinos", acotó en su mensaje ante una Legislatura aún golpeada por la reducción de las dietas. Ese tema llegó a ser el centro de un duro cruce verbal (¿?) protagonizado por dos legisladores en el salón comedor, minutos antes de la llegada de Alperovich.
"La gente que fue a la plaza está en el mismo barco; saben que si el Gobierno capea la crisis, ellos se salvarán, y si no es así, se hundirán con el proyecto", comentó otro colaborador del mandatario.
Los gestos de ayer (presencia en los saludos de la Casa de Gobierno, convocatoria popular en la plaza y actitudes en el recinto legislativo) le permitieron a Alperovich sacar sus propias conclusiones. El aparato oficial arrancó sus motores y, según dicen en la sede del Ejecutivo, no se parará hasta las elecciones de octubre. Por caso, el viernes, en el Club Central Córdoba, puede darse el lanzamiento de la candidatura a senadora de la esposa del gobernador, Beatriz Rojkés. La excusa será un acto por el Día Internacional de la Mujer.
Como todo empresario, Alperovich apela a la "fidelización" de sus seguidores. Sabe que octubre puede estar cerca si puede sostener la estructura electoral a flote; pero la meta también puede estar lejos, si sigue avalando medidas impopulares, como las subas tarifarias.