Los policías, entre la sorpresa y la consternación

Los policías, entre la sorpresa y la consternación

El deceso del hombre que fue líder de cientos de uniformados durante su carrera despertó sentimientos contradictorios entre sus ex colegas. Quienes concurrieron al velatorio opinaron que había fallecido una gran persona.

AL FRENTE. En 1990 Ferreyra encabezó un levantamiento policial para exigir mejores salarios. Cientos de uniformados se encolumnaron detrás de él. ARCHIVO LA GACETA AL FRENTE. En 1990 Ferreyra encabezó un levantamiento policial para exigir mejores salarios. Cientos de uniformados se encolumnaron detrás de él. ARCHIVO LA GACETA
23 Noviembre 2008

Sorpresa, pero no conmoción. En los actuales mandos de la Policía la noticia del suicidio de Mario Oscar Ferreyra no pasó inadvertido, sobre todo teniendo en cuenta que el “Malevo” fue jefe de varios de quienes hoy ocupan cargos en la cúpula.
Hace 18 años, en 1990, cientos de policías se encolumnaron detrás de él durante el alzamiento, en reclamo de mejoras salariales, que se extendió a lo largo de dos semanas. En diciembre de 1993, luego de la condena a prisión perpetua por el triple crimen de Laguna de Robles, también fueron decenas los policías que lo ayudaron, no sólo para que escapara de la Alcaidía de Tribunales, sino durante los 79 días que se mantuvo prófugo.
El actual jefe de Policía, comisario general Hugo Sánchez, admitió  que, a pesar de que no compartía los métodos del “Malevo”, siempre es triste que una persona termine su vida de esa manera. “Fue muy reconocido en su momento. No pensé que algo así fuera a pasar. Lo lamento mucho por su familia”, dijo al ser consultado.
Al sepelio llegó una enorme corona de flores con la inscripción “Jefatura de Policía”.
Ayer, muchos ex policías se acercaron a la casa de San Andrés para darle su último adiós el ex director de Investigaciones. Máximo Ríos dijo ser vecino y camarada de Ferreyra. “Era una excelente persona, como superior, como amigo y como vecino. Era muy bueno con la gente, muy servicial. Es muy grande el dolor. Se fue un hombre fuera de serie, que vivía para sus hijos, que cuidaba la quintita de él. Siempre estaba aquí, en la casa, y salía temprano a regar. Yo vendo pan. Me compraba y nos quedábamos charlando”, recordó. Héctor Fuentes destacó que lo único que aprendió en la Policía fue gracias al ex comisario. “El era mi superior, y fue el único jefe que ha defendido a los subalternos. Yo vivo en la ciudad, y recibí con mucho dolor la noticia. Pasé muchos momentos lindos a la par de él. Solía decirnos que cuando se muera desparramemos sus cenizas por Los Pereyra, que era el pago de él”, recordó. “Cuando estuvimos autoacuartelados, en la época de José Domato, él se puso al frente de la tropa, y gracias a él conseguimos muchos beneficios. Se molestaba cuando se enteraba de los arreglos de los jefes, y ‘los volteaba’. Fue el único que se hacía respetar; nosotros entrábamos a ‘La Bombilla’ con hondas y látigos, era el único que tenía huevos. Yo me retiré hace dos años, y la Policía es la porquería más grande que hay en estos momentos”, afirmó indignado. Visiblemente emocionado, explicó: “fue como un padre para mí; yo perdí a mi papá de chico, así que me apoyé mucho en él. Lo voy a extrañar. No le gustaban los arreglos. Se nos fue el ‘Comandante’... allá nos iremos a encontrar’, finalizó. Hugo Jerez también estaba consternado. “Se ha muerto un amigo. Nunca estuvo en nada raro, nunca en una fulería. Yo anduve con él siempre, era de diez, como jefe y como amigo”, aseveró.

Ausencias llamativas
Quien también se hizo presente fue el ex jefe de Policía, Alberto Ignacio Alcaraz, que saludó a muchos de sus ex camaradas. “Este es un momento de congoja. Vengo a despedir a un amigo al que le tenía mucho aprecio. Me extrañan las ausencias”, dijo en referencia a referentes de la cúpula policial.
Otros ex comisarios que estuvieron en el sepelio fueron Carlos Vega, Pedro Torres y Pastor Moreno. Los tres coincidieron en que “como persona Mario era un ser humano extraordinario”. “Todos sabían la manera de manejarse de él, por eso todos se movían dentro de sus carriles. Y siempre todo dentro de la ley, nada fuera de ella”, afirmó Moreno. Vega acotó que, a su entender, actualmente no hay otro “Malevo” en la fuerza. “‘Malevo’, lamentablemente hay uno solo”, se quejó. Otro policía, que no quiso dar su nombre, opinó: “nunca trabajé con él, pero siempre me guié por su forma de actuar. Hacen falta más policías como él”.
Al mismo tiempo, otros policías afirmaron que no se podía considerar al “Malevo” un ejemplo. “La Justicia lo condenó por matar a tres personas. Somos policías, no verdugos”, expresó Mario López. Ricardo Gómez, mientras tanto, dijo: “la sociedad ha cambiado, y nosotros también. No se puede andar con un látigo pegándole a la gente. Esos métodos hoy son impensados”. Carlos Ramírez, en el mismo sentido, admitió que la muerte de Ferreyra no le significaba nada especial. “Ya no representa nada para los policías”, destacó.

 

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