Transpirando la camiseta, los jefes vencen el sedentarismo

Transpirando la camiseta, los jefes vencen el sedentarismo

Rentas aplicó un programa según el cual 100 supervisores tienen obligación de ir al gimnasio. Un día a la semana, los encargados de áreas del organismo dejan durante una hora la computadora para hacer ejercicios físicos.

CAMBIO DE HUMOR. Los encargados de áreas de Rentas inician la rutina en el gimnasio con ejercicios de precalentamiento en bicicletas fijas. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL  CAMBIO DE HUMOR. Los encargados de áreas de Rentas inician la rutina en el gimnasio con ejercicios de precalentamiento en bicicletas fijas. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
27 Mayo 2008
"Esta actividad me distrae; me saca del sedentarismo al que estaba ya acostumbrado y, además, logramos algo que, hasta hace poco, no se había logrado en una repartición tan grande: interactuar, mejorando la comunicación interna y confraternizando con personas de otras áreas". Andrés Sosa hace un alto en el gimnasio para hablar con LA GACETA. Con 35 años de antigüedad, el actual jefe de Personal de la Dirección General de Rentas es uno de los 100 jefes de departamentos, de división, de sección y de equipos del organismo que, un día a la semana (tiene la opción de ir al gimnasio otro día), realizan obligatoriamente ejercicios físicos.
Se trata de un programa piloto que se implementó, desde hace dos semanas, por el titular de Rentas, Pablo Clavarino, y que se extenderá paulatinamente al resto del personal del organismo. Tomando como modelo la experiencia en algunas empresas del sector privado, Clavarino consideró que era necesario otorgarle al personal de conducción un momento de rélax para mejorar su productividad y su predisposición al trabajo cotidiano. "Si se quiere que algo funcione, la gente tiene que tener la camiseta puesta y, por sobre todo, transpirarla", señala el funcionario. Y acota: "a los trabajadores hay que incentivarlos para que disfruten del trabajo y este no se convierta en una carga, en una rutina".

Tomando asistencia
Después de las 18, los jefes cambian las computadoras por el aeróbic o unos minutos en bicicleta fija. Las mujeres realizan ejercicios de relajación y de elongación, mientras que los hombres disponen de media hora para hacer rutinas con aparatos. La asistencia es obligatoria y siempre hay un empleado de Rentas que toma asistencia. "Una tiene un momento para desenchufarse de la tarea diaria y se predispone con otro ánimo a encarar el trabajo al día siguiente; nos da más energía", comenta Teresita Avellaneda, encargada del área de Control de Recaudación Bancaria.
"Quienes tenemos algunos años en Rentas sabemos que, por una razón o por otra, siempre resultó difícil profundizar la comunicación interna. Ahora no sólo mejoramos la salud, a través de la actividad física, sino que también coordinamos acciones", relata Juan Fernández, jefe del Departamento Técnico Tributario y uno de los empleados con más antigüedad en Rentas. La misma opinión tiene Ester Santillán de Neme, jefa del departamento de Servicios Administrativos y Financieros. "Uno siente como si trabajara en el sector privado", apunta.
"Se aplica una rutina típica para aquellas personas que pasan horas sentadas en un escritorio de oficina y con altos niveles de tensión", señala Roberto Bezian, personal trainer. El programa arrancó hace dos semanas. "Es evidente el cambio de humor entre los jefes y la predisposición que genera la actividad física para interactuar; miran al trabajo desde otro ángulo", señala el profesor.

También la teoría
Además del gimnasio, el personal de conducción de Rentas recibe periódicamente capacitación. En el nuevo edificio de 24 de Septiembre 960 de esta ciudad, el organismo habilitó -en la planta baja- dos aulas para capacitación.
Uno de los aspectos en que más se trabaja -afirma Clavarino- es en potenciar las virtudes de los jefes, ya que diariamente tienen la doble tarea de guiar un equipo de trabajo y, en algunos casos, atender al contribuyente. En los últimos días, técnicos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dieron cursos acerca del liderazgo situacional. Mediante esas conferencias, se intenta que los supervisores tengan una reacción más dinámica y positiva ante la resolución de conflictos. Entre otras facetas, esos cursos tienden a contener a los empleados a cargo de los jefes y a evaluar el desempeño, resaltando las virtudes y trabajando sobre las carencias en cada sector.

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