El líder convierte su nombre en una marca registrada

El líder convierte su nombre en una marca registrada

Miedo y soberbia, los principales enemigos.

MISION. Cortese dirigió un curso  organizado por Creactiva. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ MISION. Cortese dirigió un curso organizado por Creactiva. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
27 Mayo 2008
¿Jefe o líder? La diferencia está más allá de una letra, en la efemeridad o en la trascendencia que una persona quiera darle a su rol laboral. Un líder que desafía el modelo primero tiene que tener una cuota de ambición; luego perseverancia y persistencia; también una aceptación de la crítica (incluye la autocrítica) y, finalmente un deseo muy fuerte de dejar huellas, afirma a LA GACETA Horacio Cortese, director ejecutivo de NEXI Consultores, quien vino a esta ciudad para dictar una charla organizada por Creactiva, consultora en Desarrollo Organizacional.
Más allá de las aspiraciones económicas de todo ejecutivo, un líder busca potenciar sus valores. "Hay algunos que eligieron priorizar sus valores y, en base a esa tarea, desarrollaron una marca; convirtieron a su nombre en sinónimo de marca", dice Cortese.
Sociólogo del Trabajo, el especialista considera, además, que en el camino hacia la consolidación de un liderazgo en las empresas, pueden hallarse varias piedras que se convierten en disvalores, en pruebas a superar. "El miedo es el principal enemigo del líder; no obstante, debe amigarse con ese miedo para que lo acompañe, para que tenga adrenalina los proyectos a encarar", remarca.
Cortese acota que quien dice que no tiene miedo automáticamente potencia otro defecto, muy frecuente en el mundo de las organizaciones: la soberbia. Y, como un efecto en cadena, aparecen las ansias de poder. "No conozco muchos hombres que se crean poderosos y que tengan ganas de aprender. El poder es un enemigo muy cruel y al que se lo combate con la humildad", indica Cortese.
En el mundo de las empresas suele decirse que quien impone autoridad lo hace por miedo o por inseguridad. Quien la ejerce sólo se conformará con ser jefe, sin darse la oportunidad de convertirse en un líder.

Un día en la vida
La vida de un líder creativo puede ser sencilla si se sigue, al pie de la letra, una rutina diaria. "Lo primero que debe hacer es poner las cosas en orden: dar primero una batalla privada (resaltar las virtudes y luchar contra los defectos) y luego encarar la batalla pública (encarar el trabajo, los objetivos y lograr las metas).
¿Cómo debe administrar un líder su tiempo? Cortese considera que el 50% del tiempo debe dedicarlo a liderarse a sí mismo. Otro 25% debe orientarlo a liderar a su gente, porque de otro modo se convertirá en víctima, ya que sus seguidores considerarán que su magnetismo se diluye. El 20% del tiempo de un líder debe ser dedicado a la relación con sus pares, afirma Cortese. "Y si todo esto puede cumplirse, el resto podrá destinarlo fácilmente a la relación con sus seguidores, que observarán cuál es el trato con el resto y de allí se potencia el respeto", agrega. Quienes alcanzan el liderazgo tienen la posibilidad de irradiar seguridad y transmitir la alegría al resto del personal. Todo un desafío.

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