Para Octavio Paz la escritura fue poesía y reflexión

Para Octavio Paz la escritura fue poesía y reflexión

El Nobel de Literatura no esquivó la polémica.

AGUDO. Octavio Paz fue un intelectual comprometido con su tiempo. AGUDO. Octavio Paz fue un intelectual comprometido con su tiempo.
19 Abril 2008
Tenía 84 años cuando el cáncer decidió llevarlo al otro mundo. Ese 19 de abril tal vez recordó a Irineo, su abuelo escritor, en cuya biblioteca había descubierto los caminos de la imaginación. “El me contaba historias. Yo lo veía leer, y cuando veía que agarraba los libros, por ejemplo cuando leía a Quevedo, yo también quería leer a Quevedo. Naturalmente, no entendía nada”, recordaba el mexicano Octavio Paz, premio Nobel de Literatura, que murió hace diez años.
Nacido el 31 de marzo de 1914 en Mixcoac (Distrito Federal de México), se mudó con su familia a Estados Unidos, donde realizó sus estudios. Su primer poema “Cabellera”, lo publicó a los 17 años. En esa época, comenzó a colaborar con revistas literarias; la primera fue “Barandal”, y luego, le siguió “Cuadernos del Valle de México”. En 1933 apareció su primer poemario “Luna Silvestre”.
Al comenzar la Guerra Civil Española se solidarizó con la causa republicana y viajó, en 1937, a España, acompañado por la escritora Elena Garro, su esposa hasta 1959 y madre de su única hija, para apoyar al movimiento de intelectuales antifascistas. Vivió en Francia, donde conoció a los escritores André Breton y Albert Camus, y a Marie-José Tramini, quien se convertiría en su segunda y última esposa y en “fuente de inspiración” de muchos de sus poemas. Su libro más conocido, “El laberinto de la soledad”, un ensayo sobre la identidad del mexicano, ha vendido más de 100 millones de ejemplares desde su publicación en 1950.

Frente a frente
“Dos cuerpos frente a frente/ son a veces dos olas/ y la noche es océano./ Dos cuerpos frente a frente/ son a veces dos piedras/ y la noche desierto./ Dos cuerpos frente a frente/ son a veces raíces/ en la noche enlazadas...”, escribió Paz, quien además de poeta fue un ensayista polémico, que escribió también críticas, tanto sobre temas vinculados con el arte como con la historia o la filosofía.
“La poesía fue una manera de darme cuenta de lo que yo quería decir. Muchas veces te acercas al papel atraído por una necesidad oscura de decir algo, pero no sabes qué vas a decir. Eso se nota, por ejemplo, cuando uno quiere escribir un ensayo. Cuando uno va a escribir un poema, muchas veces no sabe qué va a decir. Sientes la necesidad, pero es una necesidad que no aciertas a definir claramente. En su lugar hay una suerte de páramo angustioso. Pero de pronto una chispa, una espiga, un chorro de agua, lo que sea, te lleva a decir ciertas cosas”, afirmaba el poeta que destacaba la notable influencia que tuvo Quevedo sobre él.
Por su pasión literaria obtuvo prestigiosas distinciones, entre ellas los premios Cervantes (1981), Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1983) para su prestigiosa revista “Vuelta” y el Nobel en 1990.
El autor de “Libertad bajo palabra”, “Piedra de sol”, “El laberinto de la soledad” y “El arco y la lira” también tuvo detractores. Su postura política le valió acusaciones de reaccionario. Se sentía decepcionado de la izquierda latinoamericana y del comunismo. Las diferencias políticas y personales lo distanciaron en la década de 1940 del poeta Pablo Neruda, que fue cónsul de Chile en México y con quien se veía al principio con mucha frecuencia.
“El escribió algunas cosas nada bonitas de mí, incluyendo un poema malintencionado. Yo escribí algunas cosas espantosas de él. Y eso fue todo”, relató Paz en una entrevista. Pocos años antes de la muerte de Neruda, tuvieron oportunidad de reconciliarse.
El 19 de abril de 1998 se fue un notable escritor y ensayista, dejando un Epitafio para un poeta: “Quiso cantar, cantar/ para olvidar/ su vida verdadera de mentiras/ y recordar/ su mentirosa vida de verdades”.

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