Tucumán fue la primera en experimentar con la alconafta

Tucumán fue la primera en experimentar con la alconafta

El primer intento para desarrollar los biocombustibles fue en 1978, en el gobierno de Lino Montiel. Pero el negocio cayó porque tenía un alto costo fiscal.

14 Enero 2007
Tucumán fue pionera en el mundo en el desarrollo de los biocombustibles. En 1978, el gobernador Lino Domingo Montiel Forzano inició acciones destinadas a imponer el uso del alcohol en mezclas con motonaftas. En 1988 se habían incrementado las ventas de alcohol en un 122% respecto al promedio histórico de los 10 años anteriores al de su lanzamiento en 1981; se utilizaron 2,9 millones de toneladas de caña adicionales; con una ocupación directa en el sector agrícola que se estima en más de dos millones de jornadas-hombre-año.
El programa establecía una obligatoriedad de mezcla en 12 provincias argentinas del 15% de alcohol en las naftas, con una exención total de impuestos sobre la parte de alcohol que se mezclaba. El impuesto a los combustibles recaía sobre el 85% de la nafta, y el 15% restante no pagaba. El Estado entendió que tenía un alto costo fiscal y no actualizó los precios que fijaba la Secretaría de Energía para el alcohol, lo que llevó a que perdiera rentabilidad el negocio, y se abandonó el programa.


Mesura desde el ingenio Ledesma

Federico Nicholson, director del ingenio Ledesma y presidente del Centro Azucarero Regional del Norte Argentino (Carna) se mostró mesurado sobre el potencial desarrollo de los biocombustibles.
"Es una cuestión compleja que hay que analizar cuidadosamente. Por un lado, si bien es cierto que los combustibles fósiles no son renovables, su fecha de extinción se va extendiendo a medida que mejoran las tecnologías de extracción y uso de la energía", indicó, en un informe enviado a nuestro diario.
"Por supuesto -agregó-, dentro de los posibles reemplazos, los biocombustibles ya están empezando a jugar un papel importante, pero debemos saber que aunque se dediquen todo el maíz y la caña de azúcar del mundo a producir etanol y toda la soja y el girasol a producir biodiesel, reemplazarían sólo una pequeña porción de petróleo". Nicholson consideró, por otra parte, que habrá que ser cuidadosos de que el aumento de los biocombustibles no signifique una disminución de la producción de alimentos.
"Por todo esto, creo que si bien el etanol y el biodiesel van a tener un importantísimo desarrollo en el futuro, al mismo tiempo será necesario el desarrollo de otras fuentes alternativas como la energía eólica, solar y nuclear, para mencionar algunas", concluyó el ejecutivo.


"EEUU está dispuesto a invertir en el sector"

El productor tucumano Gastón Fernández Palma, quien vive desde hace 40 años en Necochea, representó a la Argentina en el reciente lanzamiento de la Comisión Interamericana de Etanol, que tuvo lugar en Miami, Estados Unidos.
"Estos temas se toman muy en serio en Estados Unidos. Están dispuestos a poner el dinero necesario para el desarrollo de los biocombustibles en Latinoamérica; Estados Unidos prefiere comprar energía a nuestros países y evitar así comprar petróleo en zonas altamente conflictivas, como el Golfo Pérsico", indicó Fernández Palma, quien presidente la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno.
Según explicó Fernández Palma, la iniciativa de conformar la Comisión Interamericana de Etanol fue impulsada en forma conjunta por el gobernador del Estado de Florida, Jeb Bush (hermano del presidente estadounidense George W. Bush); el ex ministro de Agricultura de Brasil, Roberto Rodrigues, y el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Moreno. El productor tucumano participó de ese encuentro y firmó una carta de intención que remarca el interés de impulsar la producción y el uso de esta alternativa para reducir la dependencia del petróleo en la región, mejorar el medio ambiente y desarrollar la economía de los países latinoamericanos.