Desde ayer, ya no se podrá importar, distribuir, comercializar y publicitar los productos de tabaco calentado (PTC), a partir de una disposición del Ministerio de Salud Pública de la Nación, ya que se consideran perjudiciales para el organismo.

Los denominados PTC utilizan un aparato eléctrico que calienta un cigarrillo especial conteniendo tabaco reconstituido y nicotina a una temperatura que no llega a producir combustión; si bien son de diseño similar, son distintos de los cigarrillos electrónicos o vapeadores (también vedados, desde 2011). Aunque se promueven como productos de riesgo reducido, hasta el momento ningún estudio independiente ha demostrado que sean inocuos para la salud. Por el contrario, algunas investigaciones han comprobado que contienen muchas de las sustancias tóxicas que poseen los cigarrillos comunes, en algunos casos en mayor grado de concentración.

Esta medida se suma a una serie de resoluciones que tienen a disminuir el consumo del tabaco en todos sus formatos, evitar o retardar el inicio del consumo, disminuirlo, proteger a la población de la exposición al humo de tabaco ambiental y promover la cesación tabáquica en la población. Desde Salud se han desarrollado distintas estrategias para acompañar a las personas que quieren dejar de fumar, disponibles gratuitamente en el link https://www.argentina.gob.ar/salud/consumo-de-tabaco/como-dejar-de-fumar. También existen Centros de Cesación Tabáquica, que cuentan con equipos de salud formados para ayudar a las personas que tienen esta adicción (https://www.argentina.gob.ar/salud/consumo-de-tabaco/como-dejar-de-fumar/centros-de-cesacion-tabaquica-en-la-argentina).

La cartera busca propiciar que las personas accedan a información confiable y basada en evidencia científica sobre las consecuencias que trae a la salud. Las acciones las lleva adelante la Dirección Nacional de Abordaje Integral de Enfermedades No Transmisibles en el marco del cumplimiento de los objetivos del Programa Nacional de Control de Tabaco (PNCT), se indica desde el Ministerio.

El consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo para contraer enfermedades no transmisibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible en los países desarrollados, y también la causa más importante de años de vida perdidos y/o vividos con discapacidad. En la Argentina, se calcula que mueren 40.000 personas cada año por esta causa.

Está directamente relacionado con la aparición de muchas enfermedades, fundamentalmente distintos tipos de cáncer (de pulmón, laringe, faringe, riñón, hígado, vejiga, entre otros); enfermedades cardiovasculares (infartos, ACV, aneurismas); enfermedades respiratorias (bronquitis crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica); e infecciones respiratorias reiteradas.

Quien deja este hábito, obtiene beneficios sobre su salud de carácter inmediato y a largo plazo. Según evidencia científica, a los 20 minutos de dejar de fumar se disminuye el ritmo cardíaco y la tensión arterial. En las 12 horas siguientes, el nivel de monóxido de carbono en sangre baja hasta alcanzar valores normales. Después de dos a 12 semanas, mejora la circulación sanguínea y aumenta la función pulmonar. Entre uno y nueve meses, se reduce la tos y la dificultad para respirar y en un año, el riesgo de cardiopatía coronaria es un 50% inferior al de una persona fumadora.